"y estad siempre preparados para responder con mansedumbre y reverencia a cada uno que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros".
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jueves, 29 de octubre de 2009

Lo que los que los Antimormones no te dicen ... La Teoría Spalding

Por Jack R. Christianson

La acusación: José Smith utilizó la novela inédita “Manuscript Found,” por Solomon Spalding, como fuente para escribir el Libro de Mormón.

La respuesta: La teoría de Spalding no se considera una explicación convincente para el origen del Libro de Mormón por la mayoría de los críticos del Libro de Mormón de hoy en día, pero fue un tema común anti-mormón por aproximadamente cincuenta años. Fue el invento del disidente y excomulgado Santo de los Últimos Días, Philastis Hurlbut, y fue publicado por primera vez en 1834 en Mormonism Unvailed, por E. D. Howe. Este libro presentó la teoría que José Smith plagió el Libro de Mormón al robarle las ideas del argumento de Solomon Spalding. Spalding (1761-1816) fue un veterano de la Guerra Revolucionaria, un anterior ministro calvinista, un graduado del Dartmouth College y el aspirante a autor del “Manuscript Story”, un relato prehistórico épico americano que explica sobre la civilización perdida de los constructores de montículos. Este relato incompleto tiene sólo parecido remoto al texto del Libro de Mormón y muchos críticos literarios no han declarado que haya sido la base de la escritura SUD (véase “Spalding Theory”, Book of Mormon Reference Companion, páginas 734-735). El doctor Kent P. Jackson ha escrito concerniente a las declaraciones infundadas sobre el Solomon Manuscript: “Su popularidad ha decaído, sin embargo, cuando el manuscrito resurgió en 1884 en Honolulu, los lectores pudieron observar que la novela de Spalding no tenía nada en común con el Libro de Mormón. Casi no tiene contenido religioso, el lenguaje es absolutamente diferente que el del Libro de Mormón, el argumento no tiene semejanza, y no se puede establecer una relación histórica entre José Smith y el manuscrito” (Largey, Book of Mormon Reference Companion, página 735). Este razonamiento infundado y usado en exceso contra el Libro de Mormón tiene poco argumento. Al revisar este manuscrito y ver lo absolutamente ridículo que es este argumento, hay que buscarlo en línea. Entonces hay que leer el Libro de Mormón de cubierta a cubierta, y se verá que no hay nada que conecte los dos manuscritos y que José Smith no usó nada escrito por Solomon Spaulding. Spaulding murió cuando José Smith tenía once años. No hay evidencia que los dos se conocieran o que José en su vida se hubiera dado cuenta de la existencia del manuscrito de Spaulding. Cuando se considera esta teoría y otras del mismo estilo que reclaman que José Smith escribió el Libro de Mormón por él mismo, o copió el trabajo escrito por otros, debería recordarse que él afirmó haber traducido el libro de las planchas de oro por el don y poder de Dios. También debería recordarse que él tuvo muy poca educación formal. De hecho, cuando se le preguntó a la esposa de José, Emma, muchos años después de la muerte de José, si él podría haber escrito el relato en privado, y luego dictarlo, pretendiendo que él estaba traduciendo de las planchas de oro, ella contestó, “José Smith no podía escribir ni dictar una carta coherente y bien redactada; menos dictar un libro como el Libro de Mormón…es maravilloso para mí…tanto como para cualquiera…estoy convencida que ningún hombre podría haber dictado los escritos de los manuscritos, a menos que fuera inspirado; porque, cuando yo estaba sirviendo como su escriba, él podía dictarme hora tras hora; y cuando regresaba de comer, o después de las interrupciones, él podía empezar de donde se había quedado, sin siquiera ver el manuscrito o que se le leyera alguna parte.” Emma continuó, “Hubiera sido improbable que un erudito pudiera hacer esto, y, para alguien tan ignorante y nada culto como él era, simplemente era imposible” (Newell and Avery, Mormon Enigma, página 26). Por consiguiente, habría sido excepcionalmente difícil, si no imposible, para alguien tan joven y sin educación, escribir un libro tan complicado, integrando cientos de referencias bíblicas, numerosos argumentos, exhortaciones doctrinales, varios estilos de escribir, referencias culturales del oriente próximo, etcétera y hacerlo en menos de noventa días, que fue el tiempo total de escribir. Ludlow, en su libro A Companion to Your Study of the Book of Mormon, citó a Francis Kirkham acerca del tiempo que se llevó para finalizar la traducción del libro. Escribió, “Parece que la copia completa podría haber sido preparada antes que la impresión principiara, por la razón que la copia original debería guardarse en un lugar separado para evitar su pérdida o destrucción. En cualquier caso, para preparar el manuscrito sería suficiente tiempo de un mes a seis o siete semanas, arreglarlo, y realmente principiar la impresión, la cual inició en agosto de 1829, según la evidencia que se presenta a continuación. La conclusión es esta: La traducción y la escritura del Libro de Mormón comenzó el 7 de abril de 1829, en la página dieciséis o un poco antes y se completaron alrededor del 1 de julio de 1829….La evidencia parece completa, que la impresión del Libro de Mormón empezó en agosto de 1829, y se completó no más allá del 26 de marzo de 1830, en la imprenta de E. B. Grandin en Palmyra, New York. Por las fuentes citadas antes, es claro que el Libro de Mormón fue dictado por José Smith en un período relativamente corto de setenta y cinco días hábiles. Hubo muchos testigos en ambos lugares, en su casa en Harmony, Pennsylvania y en Fayette, New York. Muchas personas supieron todos los hechos. Nadie ha intentado negarlos. Sobre los hechos físicos relacionados con los escribas, el tiempo y lugar de la escritura de la traducción y la publicación del Libro de Mormón, dieron fe del origen divino del libro creyentes y no creyentes. No había motivo para el engaño o distorsión de estos hechos por las personas que con gusto dieron su tiempo en este esfuerzo. Ninguna riqueza, honor, poder o influencia iba a llegar a cualquiera de ellos por este logro, únicamente el privilegio de servir. La recompensa fue gozo en esta vida y en la eternidad, por ayudar a llevar “a salvo aun cuando fuere una sola alma” al camino del amor divino y progreso eterno” (Ludlow, A Companion to Your Study of the Book of Mormon, página 32). Algunas personas han tenido el privilegio de escribir numerosos libros en su vida, han obtenido títulos avanzados. Aún así, no podrían escribir un libro de más de quinientas páginas de tal complejidad y ese espíritu en setenta y cinco días hábiles. Ni cerca. No se conoce ningún ser humano quien podría cumplir esa tarea sin la ayuda divina. La única forma en que José Smith podría haberlo hecho, fue teniendo el don y poder de Dios, tal como él dijo. Por lo tanto, sería útil y sabio para cualquier investigador de la verdad leer el libro cuidadosamente y con oración, luego hacerse una pregunta sencilla; ¿podría cualquier hombre, sin guía divina, haber escrito este libro?

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