"y estad siempre preparados para responder con mansedumbre y reverencia a cada uno que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros".
1 Pedro 3:15

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martes, 1 de diciembre de 2009

Un potente testimonio del Libro de Mormon

"Quiero que quede absolutamente claro cuando esté ante el
tribunal del juicio de Dios que he declarado al mundo…
que el Libro de Mormón es verdadero."




Discurso del Elder Jeffrey R. Holland (Español) from helaman on Vimeo.

sábado, 28 de noviembre de 2009

Lo que los Antimormones no te dicen ... No existe evidencia del ADN


Por Jack R. Christianson

La acusación: La introducción del Libro de Mormón afirma que las personas del Libro de Mormón, quienes no fueron destruidas por la guerra son los “descendientes principales de los indios americanos.” Aunque no hay evidencia de ADN que relacione el ADN hebreo con el de los indios americanos.

La respuesta: La página en Internet de la Foundation for Ancient Research and Mormon Studies, FARMS http://mi.byu.edu/, (por sus siglas en inglés, Fundación para la investigación de estudios antiguos y mormones), declara: “Recientemente, algunos críticos han sugerido que hay una forma simple para determinar la validez del Libro de Mormón por medio del análisis y la comparación del ADN de judíos e indios americanos. Algunos han sugerido que dichos estudios ya han sido hechos y que no demostraron relación genética entre los dos grupos de personas. En realidad, se necesita todavía mucha investigación para hacerlo, pero parece improbable que tal investigación podría proporcionar evidencia para o en contra el Libro de Mormón. No sabemos como era el ADN de los antiguos israelitas o nefitas/lamanitas, y las poblaciones de judíos modernos pueden no reflejar antepasados israelitas, debido a los matrimonios entre distintas razas y a los cambios de religión durante los varios miles de años pasados.”

Además, los indios americanos puede ser que no hayan sido las únicas personas que vivían en las Américas durante el tiempo del Libro de Mormón. Cuando consideramos la frase “los principales antepasados de los indios americanos,” sería bueno revisar el significado de ‘principales’. El diccionario Webster’s define principal como el rango, carácter o importancia de rango más alto. El Libro de Mormón no declara que sea un registro de los habitantes de las Américas. De hecho, algunos eruditos creen que habían muchas personas de muchas naciones en las Américas (véase Sorenson, An Ancient American Setting for the Book of Mormon; Nibley, The Prophetic Book of Mormon).


miércoles, 25 de noviembre de 2009

Lo que los Antimormones no te dicen ... El uso de la palabra Adiós (adieu, en la versión en inglés)

por Jack R. Christianson


La acusación: El Libro de Mormón es un fraude porque Jacob 7:27 finaliza con la palabra adiós (adieu), la cual claramente es de origen francés. El idioma francés se desarrolló cientos de años después de la época de Jacob.

La respuesta: Debido a que Libro de Mormón es una traducción literaria, la palabra adiós (adieu) fue una palabra de José Smith y no de Jacob. Daniel Ludlow da una explicación sencilla que da un significado claro al uso de una palabra francesa en el Libro de Mormón. Comentó:
“Tales críticos evidentemente pasaron por alto el hecho que el Libro de Mormón es una traducción literaria, y José Smith se sintió libre de usar en su traducción, cualquier palabra familiar para sí mismo y para sus lectores, que transmitiera mejor el significado del autor original. Es interesante notar que hay una palabra hebrea Lehitra’ot, la cual tiene el mismo significado en hebreo como la palabra adieu tiene en francés. Ambas palabras son mucho más que una simple despedida; incluyen la idea de una bendición. ¿Sería poco razonable recordarles a estos críticos que ninguna de las palabras contenidas en la traducción al inglés del libro de Jacob, fueron usadas por el mismo Jacob? Todas estas palabras vienen del idioma inglés, el cual no llegó a existir hasta mucho tiempo después de la época de Jacob (A Companion to Yor Study of the Book of Mormon, página 163).

sábado, 21 de noviembre de 2009

Lo que los Antimormones no te dicen ... Los cambios hechos al Libro de Mormón

Por Jack R. Christianson

Pregunta: ¿Cómo puede el Libro de Mormón ser el libro más correcto o más perfecto en la tierra si tantos cambios han sido hechos cambios en su texto?

Respuesta: José Smith dijo que el Libro de Mormón era el libro más correcto sobre la tierra. Él dijo, “Declaré a los hermanos que el Libro de Mormón era el más correcto de todos los libros sobre la tierra, y la clave de nuestra religión; y que un hombre se acercaría más a Dios al seguir sus preceptos que los de cualquier otro libro” (Smith, History of the Church, 4:461; introducción en el Libro de Mormón). Ya se discutió el hecho de que si el Libro de Mormón es un fraude, entonces la Iglesia y José Smith son fraudes también. La Iglesia se sostiene o se derrumba en la veracidad del Libro de Mormón. Por lo tanto, es la clave de nuestra religión. Pero, hay un principio clave que aclarará la respuesta en las palabras “al seguir sus preceptos.” El mensaje que José Smith dio es que al vivir lo que se enseña es lo que hace correcto al libro. El autor George Horton aclara este principio cuando declara:
“Entendiendo la naturaleza de miles de pequeños cambios en el Libro de Mormón puede ser útil e interesante. En realidad, aunque, la clase de exactitud estilística lograda con estos cambios tiene poco que ver con lo que José quiso decir cuando llamó al Libro de Mormón ‘el más correcto de todos los libros sobre la tierra” (History of the Church, 4:461.) Su concepto de correcto no tenía nada que ver con las normas reconocidas de gramática, ortografía o puntuación.”
“Buscar una definición de la palabra correcto como era reconocida durante el tiempo de José Smith, podría ser ilustrativo. El diccionario Webster de 1828 American Dictionary of the English Language define correcto como “literalmente, arreglar, o hecho correctamente. Por tanto, correcto: conforme a la verdad, rectitud o propiedad, o conforme a una norma justa…. Los modales correctos corresponden con la moralidad y nociones captadas de decoro… principios correctos coinciden con la verdad” (Understanding Textual Changes in the Book of Mormon,” página 28).
De acuerdo con este concepto, el Libro de Mormón seguramente satisface la prueba de la exactitud, porque sus principios coinciden con la verdad. Y, como José Smith mismo explicó, la prueba final de su exactitud está en las vidas de aquellos quienes emplean sus principios en sus vidas. Verdaderamente, él prometió que podemos “acercarnos más a Dios al seguir sus preceptos que los de cualquier otro libro” (Smith, History of the Church, 4:461).
Por supuesto que han habido miles de cambios hechos en el Libro de Mormón. Sólo en puntuación y gramática han habido de treinta a treinta y cinco mil cambios. Se debe recordar que aunque José Smith fue el traductor del Libro de Mormón, la ortografía en la primera edición fue de Oliver Cowdery, y la puntuación la hizo John H. Gilbert, quien era un tipógrafo. Gilbert trabajó para E. B. Grandin y era un no-mormón. Él se tomó gran libertad con el texto y con la interpretación de la letra de Oliver Cowdery. Como resultado, se necesitaron hacer muchos cambios para lograr que el texto se leyera como el documento original. También, la ortografía y la gramática de este período de tiempo en Estados Unidos, no tenían reglas particulares y no estaban reguladas en 1829. Debido que han habido tantos cambios en el texto desde la edición de 1830 a la edición actual de 1981, se han incluido algunas citas importantes del artículo de Horton más adelante, “Understanding Textual Changes in the Book of Mormon” (Entendiendo los cambios textuales en el Libro de Mormón). El artículo cubre la historia de varias ediciones del Libro de Mormón, la ortografía y gramática del inglés estadounidense en 1829, los cambios principales en las varias ediciones, y el concepto de exactitud como se trató anteriormente.
Horton escribió sobre los cambios principales en las varias ediciones del Libro de Mormón, como, “También necesitamos recordar que Oliver Cowdery escribió lo que oyó. Muchas de las palabras – los nombres de nefitas y lamanitas, por ejemplo – eran sido desconocidas para Oliver. José aparentemente tuvo que corregir algunos de esos sustantivos propios. Hay que tener en cuenta también, que dos palabras distintas ‘strait‘ y ‘straight‘ sonarían exactamente igual cuando José las dictó. Pero Oliver escribió las dos palabras como ‘straight’ cada vez. En diez lugares, se tuvo que corregir ‘straight‘ para que se leyera ‘strait‘ (Nota del traductor: se han dejado las palabras en inglés para una mejor comprensión de las correcciones en el idioma original del manuscrito).
“La letra de Oliver también presentó un desafío especial para el tipógrafo. Su letra R (que parecía como una ‘Palmer’ R) y su letra N eran difíciles de distinguir, así como su letra B y L. Así en la primera edición, Gadiantón fue mal identificado como ‘the nobler‘ (el noble, en español), en lugar de ‘the robber’ (el ladrón, es español). De manera similar, el tipógrafo aparentemente confundió las letras RM como UN. Así en 1 Nefi 13 [1 Ne.13], donde se leía en el manuscrito original ‘formation‘ (formación), el tipógrafo lo malinterpretó como ‘founation.’ Entonces, pensó que le faltaba la letra d, y se la agregó, dejando ‘foundation‘ (fundación). En la edición de 1981, la palabra foundation ha sido corregida para que se lea formation, como estaba previsto originalmente.
“Muchos otros errores de ortografía parecen haber sido estrictamente tipográficos, por ejemplo, aaswer (correcto en inglés: answer), amog (among), bacause (because), daghter (daughter), mnltitude (multitude), theit (their), y uttered (utter).
“Otra error común ocurrió al copiar, cuando la vista del tipógrafo momentáneamente se alejó de la página. Entonces, cuando continuaba leyendo, escogía el texto en un punto diferente donde las palabras eran muy similares. El ejemplo más significativo de esto, es la omisión de treinta y cinco palabras en Alma 32:30, donde las palabras semilla, buena, brota, empieza y crecer son palabras comunes en dos partes del versículo.
“Algunas de las palabras que se cree que Oliver Cowdery escribió mal, son realmente variantes legítimas que se encuentran en el venerable Oxford English Dictionary (Diccionario Inglés Oxford). Se consideran como tales: adhear, adultry, babtized, befal, burthensome, centre, condescention, devlish, fraid, phrensied, y sepulcher.
“Pero la mayoría de los cambios comunes no han sido en ortografía, si no en gramática. Por ejemplo, han habido 891 cambios de ‘which‘ (cual) a ‘who‘ (quien), 177 cambios de ‘exceeding‘ (excediendo) a ‘exceedingly‘ (sumamente, extremadamente). Muchos cambios implicaron un cambio en el número o tiempo de los verbos. Was (singular: era, fue) fue cambiado a ‘were‘ (plural: eran, fueron) 167 veces; ‘is‘ (singular: es) fue cambiado a ‘are‘ (plural: son), y ‘done‘ (hecho, pasado participio) a ‘did‘ (pasado simple) 10 veces.
“Otros pocos cambios relacionados con el significado parecen ser más importantes. En 2 Nefi 30:6, aparece la palabra ‘white‘ (blanco) en las ediciones de 1830 y 1837. José cambió esta palabra a ‘pure‘ (puro) en la edición de 1840. Pero más tarde, en las ediciones norteamericanas no aparece este cambio debido a que se guiaron por la primera edición europea y la edición de 1837. Esta corrección del profeta finalmente ha sido restaurada en la edición de 1981.
“En Mosíah 21:38 y Éter 4:1, en la primera edición la palabra “Benjamín” estaba donde ahora aparece el nombre de Mosíah. De hecho, el Rey Benjamín no hubiera podido seguir vivo en el período histórico descrito en estos versículos. En la edición de 1837, el profeta José hizo esta corrección.
“Sólo se puede especular sobre la causa de este error. El erudito del Libro de Mormón, Sidney B. Sperry, ha planteado esta interesante pregunta: “¿Fue esto un lapsus inadvertido de parte de José Smith cuando dictaba a Oliver Cowdery, o tradujo correctamente un error original de Mormón, el compilador del Libro de Mormón? (The Problems of the Book of Mormon, Salt Lake City: Bookcraft, 1964, página 203).
“Al pasar los años, unas cien eliminaciones también han sido hechas, principalmente para mejorar el libro gramáticalmente. Las palabras más comunes que han sido eliminadas son ‘that‘ (188 veces), ‘the‘ (48 veces), ‘it came to pass‘ (46 veces), ‘a‘ y ‘and‘ (40 veces), y ‘had‘ (29 veces).
“Las añadiduras o adiciones han sido menos numerosas, probablemente menos de cien. Por ejemplo, la palabra ‘of‘ fue agregada 12 veces, las palabras ‘and, is, the‘ se agregaron 7 veces. Algunas adiciones simplemente resultaron al reorganizar partes de una oración o restituir palabras suprimidas inadvertidamente en las primeras ediciones. Estas no son “verdaderas” adiciones.
“En algunas partes, sin embargo, José Smith intencionalmente añadió al texto para aclarar un punto. Una ilustración es las palabas agregadas ‘el hijo de‘ en 1 Nefi 11:21,32 y 13:40. El texto estaría correcto con o sin las palabras adicionales, pero la adición ayuda al lector a evitar malentendidos” (para más explicaciones de los numerosos cambios hechos en las varias ediciones del Libro de Mormón, véase, Horton, “Understanding Textual Changes in the Book of Mormon,” Ensign, Diciembre 1983, páginas 24-28).
Se debe recordar que Moroni, en la portada del Libro de Mormón, escribió a todos los lectores del libro, “Y ahora bien, si hay faltas, éstas son equivocaciones de los hombres; por tanto, no condenéis las cosas de Dios, para que aparezcáis sin mancha ante el tribunal de Cristo.” Se aprende en Éter 12:23-27, que este mismo Moroni estaba preocupado, mientras escribía esta parte de los anales, que “los gentiles se burlarán de estas cosas, debido a nuestra debilidad en escribir; porque tú, Señor, nos has hecho fuertes en palabras por la fe, pero no nos has hecho fuertes para escribir.” Él continuó, “Cuando escribimos, vemos nuestra debilidad, y tropezamos por la manera de colocar nuestras palabras; y temo que los gentiles se burlen de nuestras palabras.” El Señor respondió a Moroni, asegurándole, “Los insensatos hacen burla, mas se lamentarán; y mi gracia es suficiente para los mansos, para que no saquen provecho de vuestra debilidad.” Es necesario que seamos mansos y humildes mientras estudiamos el Libro de Mormón. Entonces la gracia del Señor será suficiente para cada uno de nosotros.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Lo que los Antimormones no te dicen ... Nadie debe agregar a la Biblia


Por Jack R. Christianson

La acusación: El Libro de Mormón viola el decreto dado por Juan el Revelador que ningún hombre puede agregar o suprimir de la Biblia (véase Apocalipsis 22:18-19).

La respuesta: Por la Biblia entendemos la colección de escritos que tienen los registros de revelación divina. La palabra misma es de origen griego, siendo derivada de ta biblia, “los libros.” A medida que pasa el tiempo biblia, un plural neutro, fue considerada como un singular femenino, y de esa manera “los libros” llegaron a conocerse como “el libro.” Por la palabra Biblia, por consiguiente, debemos entenderla no como un solo libro, sino que como una biblioteca divina (véase LDS Bible Dictionary, página 622). Otras palabras que vienen de las mismas raíces son biblioteca y bibliografía, ambas se refieren a una recopilación de libros, no a un solo volumen.
El libro a que se refiere Apocalipsis 22:18-19 no es la Biblia, si no que es el mismo libro de Apocalipsis. La Biblia no se llegó a conocer como tal hasta en el año 325 d. C. en el concilio de Nicaea, cuando se principió un trabajo para canonizar las “escrituras.” Se cree que estuvieron completas en el 360 d.C en el concilio de Laodocia. La Septuaginta fue aceptada para el Antiguo Testamento, y el criterio para el Nuevo Testamento fue que los libros hubieran sido escritos por uno de los apóstoles de Jesús o hubieran sido escritos durante el tiempo de los apóstoles.
Algunos creen que el libro de Apocalipsis fue recopilado aproximadamente durante los años 95-96 d. C. por el apóstol Juan en la Isla de Patmos. Otros eruditos creen que la época de haberlo escrito está más cercana a los años 60-710 d. C. Cualquiera grupo está correcto, los eruditos todavía sitúan los escritos de Apocalipsis mucho antes que los concilios canonizaran el libro como escritura y lo agregaran a la Santa Biblia. Hay una creencia común, que Juan estaba escribiendo futuristicamente y por consiguiente, significa que la Biblia entera también lo estaba. Sin embargo, tal pensamiento no cuadra con varias religiones que valoran a la Biblia como escritura. Si fuera verdad, entonces mucho de la Biblia sería inválido como escritura porque Moisés, escribiendo sobre sus enseñanzas y no en la Biblia como un todo, declaró, “No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordeno” (Deuteronomio 4:2).
Con este entendimiento, se puede ver que el Libro de Mormón en realidad, apoya la idea de no agregar o suprimir algo del libro de Apocalipsis. En 1 Nefi 14, a un profeta llamado Nefi se le mostró una visión del futuro del mundo, pero se le prohibió escribir todo lo que él vio, porque a él le dieron instrucciones que ese sería el trabajo de un Juan, quien escribiría la “revelación” en el futuro. El Libro de Mormón declara:
“Y aconteció que el ángel me habló, diciendo: ¡Mira!”
“Y miré, y vi a un hombre que estaba vestido con un manto blanco.”
“Y el ángel me dijo: ¡He ahí uno de los doce apóstoles del Cordero!”
“He aquí, él verá y escribirá el resto de estas cosas; sí, y también muchas que han sucedido.”
“Y escribirá también sobre el fin del mundo.”
“Por tanto, las cosas que él escriba son justas y verdaderas; y he aquí, están escritas en el libro que tú has visto salir de la boca del judío. Y en la época en que salieron de la boca del judío, o sea, cuando el libro salió de la boca del judío, las cosas que estaban escritas eran claras y puras, y las más preciosas y fáciles para el entendimiento de todos los hombres.”
“Y he aquí, las cosas que este apóstol del Cordero escribirá son muchas de las que tú ya has visto; y he aquí, el resto tú lo verás.”
“Pero las que verás en adelante, no escribirás; porque el Señor Dios ha ordenado que las escriba el apóstol del Cordero de Dios.”
“Y ha habido también otros a quienes el Señor ha mostrado todas las cosas, y las han escrito; y han sido selladas, según la verdad que está en el Cordero, para aparecer en su pureza a la casa de Israel en el propio y debido tiempo del Señor.”
“Y yo, Nefi, oí, y testifico que el nombre del apóstol del Cordero era Juan, según la palabra del ángel.”
“Y he aquí que a mí, Nefi, se me prohíbe escribir el resto de las cosas que vi y oí; por lo que me basta con las que he escrito; y no he escrito más que una pequeña parte de lo que vi” (1 Nefi 14:18-28).

El Libro de Mormon, entonces, en lugar de agregar o suprimir de la Biblia, es un testamento que la Biblia es verdadera. Doctrina y Convenios, otro libro de escrituras Santo de los Últimos Días, enseña que uno de los propósitos principales del Libro de Mormón es testificar al mundo que la Biblia es verdadera y es la palabra de Dios, “probando al mundo que las Santas Escrituras son verdaderas, y que Dios inspira a los hombres y los llama a su santa obra en esta edad y generación, así como en las antiguas; demostrando por este medio que él es el mismo Dios ayer, hoy y para siempre. Amén” (D y C. 20:11-12).
El Libro de Mormón testifica esta misma verdad. Testifica que su propósito es uno, junto con otras escrituras Santos de los Últimos Días (Doctrina y Convenios, Perla del Gran Precio, y la traducción de José Smith de la Biblia), y las enseñanzas de apóstoles y profetas modernos, es testificar que la Biblia es verdadera y debería seguirse en la vida como un modelo para vivir. Declara:
“Y aconteció que vi al resto de la posteridad de mis hermanos, y también vi que el libro del Cordero de Dios, que había salido de la boca del judío, llegó de los gentiles al resto de la posteridad de mis hermanos.”
“Y después que hubo llegado a ellos, vi otros libros que vinieron por el poder del Cordero, de los gentiles a ellos, para convencer a los gentiles y al resto de la posteridad de mis hermanos, y también a los judíos que se encontraban esparcidos sobre toda la superficie de la tierra, de que los escritos de los profetas y de los doce apóstoles del Cordero son verdaderos” (1 Nefi 13: 38-39).
El Libro de Mormón está lleno de referencias de la veracidad de la Biblia y de ninguna manera extrae de ella o le agrega. Testica de ella. Para más enseñanzas del Libro de Mormón relacionadas con la Biblia, véase 1 Nefi 13:20-29, 40-41; 2 Nefi 29:3-14; 3 Nefi 23:1; y Mormón 7:8-9.
La Biblia también contiene pasajes de escrituras que se refieren al Libro de Mormón. Algunos lectores pueden no estar de acuerdo que estos versículos están hablando del Libro de Mormón, pero si no están refiriéndose al Libro de Mormón, entonces se están refiriendo a otras escrituras desconocidas. La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días declara que éstos se refieren al Libro de Mormón.
El gran profeta del Antiguo Testamento, Isaías previó la aparición del Libro de Mormón. Él escribió de la destrucción de la nación nefita y cómo los anales de los nefitas saldrían de la tierra, o del “polvo”. Él dijo, “Entonces serás humillada, hablarás desde la tierra, y tu habla saldrá del polvo; y será tu voz de la tierra como la de un fantasma, y tu habla susurrará desde el polvo” (Isaías 29:4). Esto es precisamente lo que ocurrió.
Los nefitas fueron aniquilados, pero sus anales fueron preservados y traídos “fuera de la tierra” por José Smith. Además, Isaías profetizó de un incidente involucrando a José Smith y Martin Harris durante la traducción del Libro de Mormón. Martin llevó algunos de los caracteres traducidos a un notable egiptólogo, profesor Charles Anthon. El profesor Anthon, luego de examinar los caracteres, “manifestó que la traducción era correcta y más exacta que cualquiera otra que hasta entonces había visto del idioma egipcio.” Martin entonces le mostró otros caracteres que aún no estaban traducidos, y dijo que eran “auténticos.” Sin embargo, cuando el profesor Anthon supo que los anales habían sido entregados a José Smith por “un ángel de Dios,” él rompió el certificado de autenticidad firmado y contestó, “No puedo leer un libro sellado.” Entonces le pidió a Martin que le llevara las planchas y él las traduciría. Martin rehusó y llevó los caracteres a un doctor Mitchell, quien certificó ambas cosas que el profesor Anthon había dicho, “respecto de los caracteres, así como de la traducción” (José Smith – Historia 1:62-65).
Isaías escribió de este incidente. Se han intercalado los nombres y el Libro de Mormón para tener claridad. Isaías dijo:
“Y os será toda visión como palabras de libro [el Libro de Mormón] sellado, el cual si dieren [Martin Harris] al que sabe leer [profesor Anthon], y le dijeren: Lee ahora esto; él dirá: No puedo, porque está sellado.[Dos terceras partes de las planchas de oro estaban selladas, y se le prohibió a José traducirlas.]“
“Y si se diere el libro [el Libro de Mormón] al que no sabe leer [José Smith], diciéndole: Lee ahora esto; él dirá: No sé leer.”
“Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado;
“por tanto, he aquí que nuevamente excitaré yo la admiración de este pueblo con un prodigio grande y espantoso [trayendo a luz el Libro de Mormón y la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días]; porque perecerá la sabiduría de sus sabios, y se desvanecerá la inteligencia de sus entendidos.
“¡Ay de los que se esconden de Jehová, encubriendo el consejo, y sus obras están en tinieblas, y dicen: ¿Quién nos ve, y quién nos conoce?
“Vuestra perversidad ciertamente será reputada como el barro del alfarero. ¿Acaso la obra dirá de su hacedor: No me hizo? ¿Dirá la vasija de aquel que la ha formado: No entendió?
“¿No se convertirá de aquí a muy poco tiempo el Líbano en campo fructífero, y el campo fértil será estimado por bosque?
“En aquel tiempo los sordos oirán las palabras del libro [el Libro de Mormón], y los ojos de los ciegos verán en medio de la oscuridad y de las tinieblas” (Isaías 29:11-18).
Isaías no es el único profeta del Antiguo Testamento que profetizó sobre la aparición del Libro de Mormón. Ezequiel previó que Dios prepararía dos anales para reunir en casa al esparcido Israel de su larga dispersión. Uno fue el palo de Judá (la Biblia), y el otro fue el palo de José (el Libro de Mormón). Él dijo que los dos anales serían unidos, “y serán uno solo en tu mano.” Respecto al uso de la palabra palo en el Antiguo Testamento, ha habido algunas especulaciones que si los palos mencionados por Ezequiel eran rollos o palos altos o tablas escritas enceradas (véase Meservy, “Ezekiel’s Sticks and the Gathering of Israel,” páginas 4-13; Nibley, An Approach to the Book of Mormón, páginas 279-81). Sin importar lo que eran en el tiempo de Ezequiel, ahora representan la Biblia y el Libro de Mormón, trabajando juntos en “una mano” para llevar la plenitud del evangelio de Cristo a las personas de la tierra. Ezequiel escribió:
“Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, toma ahora un palo, y escribe en él: Para Judá, y para los hijos de Israel sus compañeros. Toma después otro palo, y escribe en él: Para José, palo de Efraín, y para toda la casa de Israel sus compañeros.”
“Júntalos luego el uno con el otro, para que sean uno solo, y serán uno solo en tu mano.
“Y cuando te pregunten los hijos de tu pueblo, diciendo: ¿No nos enseñarás qué te propones con eso?
“diles: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo tomo el palo de José que está en la mano de Efraín, y a las tribus de Israel sus compañeros, y los pondré con el palo de Judá, y los haré un solo palo, y serán uno en mi mano.” (Ezequiel 37-15-19).
El evangelio de Juan registra a Jesús cuando dijo que tenía otras ovejas que no eran de ese redil y alrededor de Jerusalén (véase Juan 10:15-16). ¿Estaba Jesús testificando de las personas del Libro de Mormón y otras de las tribus perdidas de la Casa de Israel? El Libro de Mormón registra que precisamente a estos son a quienes Jesús se refirió (véase 3 Nefi 15:16-24). El Libro de Mormón revela que todas las personas, aquellas en el viejo mundo así como las del nuevo mundo, son valiosas para Él, y Él desea que todas sean uno. Él desea que sean “un rebaño” y tengan “un pastor.” En 3 Nefi 15:21, Jesús declaró a los habitantes de la tierra de Abundancia, después de Su resurrección en Palestina, “Y de cierto os digo que vosotros sois aquellos de quienes dije: Tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo yo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño y un pastor.”
La última escritura de la Biblia que se discutirá, referente al Libro de Mormón está en Apocalipsis 14:6-7. Se lee así: “Vi volar por medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo,
“diciendo a gran voz: Temed a Dios, dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas.”
Los miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días “identifican este ángel como Moroni, guardián de los anales de José y poseedor de ‘las llaves de los anales del palo de Efraín’ (Doctrina y Convenios 27:5). Moroni anunció la restauración y preparó a José Smith para su función de sacar adelante el gran trabajo de Dios en los últimos días” (Book of Mormon Reference Companion, página 95).
El Libro de Mormón, entonces, no está en desacuerdo del todo con la Biblia. Es una escritura acompañante que testifica que la Biblia es verdadera y que Jesús es el Cristo. No agrega al libro de Apocalipsis, ni le suprime nada. La acusación que el Libro de Mormón viola el decreto de Juan en Apocalipsis 22:18-19, simplemente no está fundamentada y no es verdadera.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Lo que los Antimormones no te dicen ... No existe evidencia arqueologica

Por Jack R. Christianson

La acusación: No hay evidencia arqueológica que la gente del Libro de Mormón o los lugares geográficos alguna vez existieron.

La respuesta: Cada vez que uno se enfrenta con esta acusación o se presenta en una película, se queda asombrado. Razonablemente, personas respetables de toda la tierra declaran que no hay prueba que permita una creencia en el Libro de Mormón. Afirman que no hay evidencia arqueológica que pueda confirmar la historia de José Smith de la aparición del Libro de Mormón. Aunque muchas de estas mismas personas declaran tener una creencia en un Dios, y que no hay evidencia arqueológica para probar lo que creen. (La tierra misma es evidencia de Su existencia).
“Todas las cosas indican que hay un Dios, sí, aun la tierra y todo cuanto hay sobre ella, sí, y su movimiento, sí, y también todos los planetas que se mueven en su orden regular testifican que hay un Creador Supremo” (Alma 30:44). Sin embargo, nada de eso es de naturaleza arqueológica; al contrario, es espiritual. Millones continúan creyendo en Dios y adorándolo como el centro de sus vidas sin evidencia arqueológica. ¿Por qué es tan difícil hacer lo mismo con el Libro de Mormón?
La existencia misma del Libro de Mormón es su mejor evidencia de autenticidad. El único hecho que tiene que aceptar quien se burla, es que el libro existe y millones se apegan a sus enseñanzas. John E. Clark, un profesor de antropología, sugiere, “para los investigadores de mente abierta, la existencia del libro y la notable consistencia de su narrativa, son suficientes motivos para tomar el libro seriamente y considerar su veracidad. Pero la pregunta final sobre la veracidad es espiritual, necesitando fe para la posibilidad de una respuesta espiritual de una fuente divina” (Book of Mormon Reference Companion, página 72). Aquellos que son sinceros en su investigación llegan a conocer por sí mismos si el Libro de Mormón es verdadero. Pueden seguir la promesa que se encuentra al final del libro, en Moroni 10:3-5, la cual se lee:
“He aquí, quisiera exhortaros a que, cuando leáis estas cosas, si Dios juzga prudente que las leáis, recordéis cuán misericordioso ha sido el Señor con los hijos de los hombres, desde la creación de Adán hasta el tiempo en que recibáis estas cosas, y que lo meditéis en vuestros corazones.”
“Y cuando recibáis estas cosas, quisiera exhortaros a que preguntéis a Dios el Eterno Padre, en el nombre de Cristo, si no son verdaderas estas cosas; y si pedís con un corazón sincero, con verdadera intención, teniendo efe en Cristo, él os manifestará la verdad de ellas por el poder del Espíritu Santo;”
“y por el poder del Espíritu Santo podréis conocer la verdad de todas las cosas.”
Clark declara además, “Los creyentes que se basan en evidencias físicas confunden la base real de su creencia. El testimonio terrenal sigue al celestial” (Ibid).
Habiendo establecido el fundamento por el hecho que la única manera que se puede saber la veracidad del Libro de Mormón es por una fuente celestial, ahora se puede discutir algunas de las evidencias arqueológicas que existen. La arqueología, por supuesto, es el estudio de los restos materiales dejados por civilizaciones pasadas y su gente. Los arqueólogos tienen la enorme tarea de encontrar evidencia convincente y verificable de lo que se describe y escribe en el texto de estudio. Esta no es una tarea fácil para la Biblia o el Libro de Mormón. Existen numerosos problemas al tratar de hacerlo.
En 1830, cuando el Libro de Mormón salió de la imprenta, muchos de los hallazgos arqueológicos de ahora en Norte, Centro y Suramérica no habían sido descubiertos. Desde ese tiempo, numerosas ciudades han sido desenterradas, junto con evidencia de civilizaciones anteriores. Muchos de los debates sobre evidencia arqueológica han surgido porque artículos específicos de importancia no han sido descubiertos, aunque sí otros muchos. Según el autor John Sorenson, ha habido cantidad masiva de indicios de evidencia geográfica, histórica y cultural, mientras se buscan las evidencias individuales más pequeñas. Él indica que la geografía física al sur de México y Guatemala, incluyendo las montañas, colinas, ríos, planicies, tierras de labranza, tierras ociosas, océanos, etcétera, han demostrado que coinciden bien con la narrativa del Libro de Mormón (véase Book of Mormon Reference Companion, página 71).
La piedra Estela 5 encontrada en el sur de México se estima que data entre los años 200 a. C y 300 a. C La piedra describe una escena concurrida de humanos y otros seres, rodeando un árbol frutal grande. Muchos eruditos SUD creen que el árbol es una representación del árbol de la vida en 1 Nefi 8 y 11. Otros no están de acuerdo porque no hay ninguna explicación escrita de la piedra y creen que esta interpretación debería dejarse abierta para una interpretación más amplia. Con una interpretación amplia o sin ella, el punto es una piedra grande ha sido descubierta que representa escenas de una de las historias principales contenidas en el Libro de Mormón.
Hay artículos similares y animales mencionados en el Libro de Mormón que provocan a los eruditos a debatir la existencia de las personas del Libro de Mormón, que vivían en las Américas y que están descritas en el libro. Ellos incluyen a las personas poseyendo caballos, elefantes, seda, hierro, acero y planchas de oro (véase Book of Mormon Reference Companion, página 71). La pregunta acerca de dónde están las planchas de oro hoy en día, será discutida más adelante.
¿Qué hacen aquellos quienes afirman que no hay evidencia arqueológica del Libro de Mormón con el relato común que tienen gran número de personas en las Américas, así como las culturas y civilizaciones pasadas, sobre la visita de un gran Dios blanco a sus antepasados? La leyenda de Quetzalcoatl, el dios blanco, barbado, quien visitó las Américas, se tiene entre mucha gente y hay varias versiones del relato. El nombre Quetzalcoatl es el nombre de una deidad prominente y rey del antiguo México. Significa serpiente emplumada. La tradición se tenía entre la gente maya y azteca, se encuentra mencionada en registros tan lejanos como en los años 1000-500 a.C. (véase, Allen, Book of Mormon Reference Companion, página 668).
El acontecimiento supremo en el Libro de Mormón se encuentra en Tercer Nefi, capítulos 11-28, cuando el Salvador resucitado, Jesucristo, desciende del cielo y enseña a las personas del Libro de Mormón por varios días en las Américas, en el año 34 d.C. Él bendice y sana a sus enfermos, realiza milagros y da un sermón parecido al Sermón del Monte. Él llama a doce apóstoles y establece Su iglesia de la misma forma como Él lo hizo en el Nuevo Testamento. Es difícil encontrar una explicación convincente de las tradiciones de las personas en las Américas y el hermoso relato contenido en el Libro de Mormón.
De nuevo, John E. Clark, refiriéndose al trabajo de John Sorenson, explica:
“De manera similar, muchos de los elementos culturales, prácticas, metáforas y alusiones en la última parte del Libro de Mormón parecen ser mesoamericanos. Incluyen tales cosas como escribir y guardar registros, canibalismo, guerra a gran escala, sacrificio humano, conquista de ciudades por medio de la captura de la “torre” principal, o pirámide (Moroni 9:7), armamento de combate, armadura de algodón (Alma 49:6), metáforas del semblante de dios en estatuas (Alma 5), representaciones de árboles saliendo de corazones humanos (Alma 32), un sistema direccional de cuatro partes, creencias paganas de dioses que habitaban bajo tierra (Alma 18:31), y muchos otros puntos (véase Sorenson, Images). Además, la cronología del auge y caída de la gente civilizada, la relativa ubicación de estas civilizaciones, y las fluctuaciones extremas en las poblaciones registradas en el Libro de Mormón, corresponden razonablemente bien con aquellas reconstruidas arqueológicamente en los pasados treinta años en Mesoamérica, México y Centro América” (Book of Mormon Reference Companion, página 71).
De nuevo, uno de los mayores problemas encontrados al buscar evidencia arqueológica para tratar de probar la validez de un texto espiritual, es usar humanos y normas de juicio terrenales para tratar de probar escritos celestiales y espirituales. El presidente Gordon B. Hinckley puso el asunto en términos espirituales cuando dijo, “La evidencia de la verdad del Libro de Mormón, para su validez en un mundo que es propenso a demandar evidencia, no se encuentra en la arqueología o antropología, aunque esto puede ser útil para algunos. No se encuentra en la investigación de palabras o en el análisis histórico, aunque estos pueden confirmarlo. La evidencia de su verdad y validez se encuentra dentro de las cubiertas del libro mismo. La prueba de su verdad se encuentra leyéndolo” (”The Cornestones of Our Faith,” página 52).

sábado, 31 de octubre de 2009

Lo que los Antimormones no te dicen ... La maldición y la marca de los lamanitas

Por Jack R. Christianson

La acusación: ¿Por qué un Dios justo “maldeciría” a los lamanitas con “una piel de color oscuro” (2 Nefi 5:21)?

La respuesta: Es verdad que el Libro de Mormón dice que los lamanitas tenían una piel de color oscuro que cayó sobre ellos. Sin embargo, no es verdad que la piel de color oscuro fue una maldición a ellos. Al inicio del segundo capítulo del libro, Laman y Lemuel, los hijos rebeldes del profeta Lehi, fueron advertidos que si ellos continuaban en su maldad, serían apartados de la presencia del Señor. Esta separación de la presencia del Señor sería la maldición, no el color de su piel. En 1 Nefi 2:21, 23 se lee:
“Y según se rebelen tus hermanos contra ti, serán separados de la presencia del Señor.
“Porque he aquí, el día en que se rebelaren contra mí, yo los maldeciré con penosa maldición, y no tendrán ningún poder sobre tu posteridad, a menos que ella también se rebelare contra mí.”
Ellos no se arrepintieron ni cambiaron, y de esta manera cuando las familias se dividieron en 2 Nefi, capítulo 5, la maldición fue traída a efecto. Se lee en 2 Nefi 5:20-24:
“Por tanto, se cumplió la palabra que el Señor me habló, diciendo: Por cuanto ellos no quieren escuchar tus palabras, serán separados de la presencia del Señor. Y he aquí, fueron separados de su presencia.
“Y él había hecho caer la maldición sobre ellos, sí, una penosa maldición, a causa de su iniquidad. Porque he aquí, habían endurecido sus corazones contra él, de modo que se habían vuelto como un pedernal; por tanto, ya que eran blancos y sumamente bellos y deleitables, el Señor Dios hizo que los cubriese una piel de color obscuro, para que no atrajeran a los de mi pueblo.
“Y así dice el Señor Dios: Haré que sean repugnantes a tu pueblo, a no ser que se arrepientan de sus iniquidades.
“Y malditos serán los descendientes de aquel que se mezcle con la posteridad de ellos; porque serán maldecidos con la misma maldición. Y el Señor lo habló; y así fue.
“Y a causa de la maldición que vino sobre ellos, se convirtieron en un pueblo ocioso, lleno de maldad y astucia, y cazaban animales salvajes en el desierto.
Por estos versículos parecería evidente que la maldición fue ser aislados de la presencia de Dios, o en otras palabras, experimentaron una pérdida del Espíritu Santo. Esto, entonces, fue la causa de su pereza, vandalismo, sutileza, y corazones como pedernal. En relación a esta maldición y seña, el autor Daniel Ludlow ha dicho, “Esta es la única referencia en todo el Libro de Mormón donde un adjetivo definido de color ["negrura"] se usa para referirse a esta seña. Todas las otras referencias lo llaman una ‘piel de oscuridad’ o una ‘piel oscura.’ Es interesante notar que los términos ‘negrura’ y ‘oscura’ son intercambiables en el hebreo. Incluso en el hebreo moderno no es inusual para algunos traductores diestros escoger oscura como la mejor traducción (Book of Mormon Companion, página 132).
Por lo tanto, la palabra “negrura” podría y posiblemente debería significar “oscura.” El color de la piel de uno no tiene nada que ver con el comportamiento. Tener el Espíritu o no tener el Espíritu, tiene todo que ver con el comportamiento de una persona. El presidente Joseph Fielding Smith aclara este punto. El dijo: “La piel oscura fue puesta sobre los lamanitas para que ellos pudieran distinguirse de los nefitas y evitar que los dos grupos de personas se mesclaran. La piel oscura fue un signo de esta maldición. La maldición fue el retiro del Espíritu del Señor. La piel oscura…no se considera más un signo de la maldición. Muchos de estos conversos son deleitables y tienen el Espíritu del Señor” (Answers to Gospel Questions, 1:123-24).
Alma 9:14 reitera las enseñanzas del presidente Smith:
“Ahora quisiera que recordaseis que los lamanitas, por cuanto no han guardado los mandamientos de Dios, han sido separados de la presencia del Señor. Vemos, pues, que la palabra del Señor se ha cumplido en esto, y los lamanitas han quedado separados de su presencia, desde el principio de sus transgresiones en esta tierra.” De nuevo, la maldición es estar separados de la presencia del Señor, no el color de la piel. Donde muchos se confunden en este asunto, es cuando leen en Alma 3:6-10, el cual dice:
“Y la piel de los lamanitas era obscura, conforme a la señal que fue puesta sobre sus padres, la cual fue una maldición sobre ellos por motivo de su transgresión y su rebelión en contra de sus hermanos Nefi, Jacob, José y Sam, que fueron hombres justos y santos.
“Y sus hermanos intentaron destruirlos; por lo tanto, fueron maldecidos; y el Señor Dios puso una señal sobre ellos, sí, sobre Lamán y Lemuel, y también sobre los hijos de Ismael y en las mujeres ismaelitas.
“Y se hizo esto para distinguir a su posteridad de la posteridad de sus hermanos, para que por ese medio el Señor Dios preservara a su pueblo, a fin de que no se mezclaran ni creyeran en tradiciones incorrectas que causarían su destrucción.
“Y aconteció que quien mezclaba su simiente con la de los lamanitas traía la misma maldición sobre sus descendientes.
“Por tanto, todo el que se dejaba desviar por los lamanitas recibía ese nombre, y le era puesta una señal.”
Así que, la señal se convirtió en una maldición pero esa no era la maldición. Llegó a ser una maldición porque las personas participaron de la maldad de los lamanitas. Joseph Fielding McConkie y Robert L. Millet se pronunciaron sobre este punto cuando escribieron: “Debido a su iniquidad, los lamanitas fueron maldecidos con una ‘piel de oscuridad.’ Nuestro texto nos dice que ellos fueron maldecidos a fin de que no fueran atractivos para los nefitas. El Antiguo Testamento contiene amplia evidencia que cuando los hijos de Israel se casaban fuera del convenios, eran disuadidos de la veneración de la verdad y del Dios viviente, y rápidamente aceptaban la idolatría de los cananeos” (Doctrinal Commentary on the Book of Mormon, 1:123-24).
La evidencia de que esta señal llegó a ser una maldición viene de la historia en el mismo capítulo de Alma, cuando los amlicitas se señalaron a sí mismos y se unieron a los lamanitas.
“Ahora volveremos otra vez a los amlicitas, porque también sobre ellos fue puesta una señal; sí, ellos mismos se pusieron la señal; sí, una marca roja sobre la frente.
“De este modo queda cumplida la palabra de Dios, porque éstas son las palabras que él dijo a Nefi: He aquí, he maldecido a los lamanitas, y pondré sobre ellos una señal para que ellos y su posteridad queden separados de ti y de tu posteridad, desde hoy en adelante y para siempre, salvo que se arrepientan de su iniquidad y se vuelvan a mí, para que yo tenga misericordia de ellos.
“Y además: Pondré una señal sobre aquel que mezcle su simiente con la de tus hermanos, para que sean maldecidos también.
“Y además: Pondré una señal sobre el que pelee contra ti y tu posteridad.
“Y digo también que quien se separe de ti, no se llamará más tu posteridad; y te bendeciré a ti, y al que fuere llamado tu descendencia, desde hoy en adelante y para siempre; y éstas fueron las promesas del Señor a Nefi y a su posteridad.
“Ahora bien, los amlicitas no sabían que estaban cumpliendo las palabras de Dios cuando empezaron a marcarse la frente; sin embargo, se habían rebelado abiertamente contra Dios; por tanto, fue menester que la maldición cayera sobre ellos.
“Ahora bien, quisiera que entendieseis que ellos trajeron sobre sí mismos la maldición; y de igual manera todo hombre que es maldecido trae sobre sí su propia condenación” (Alma 3:13-19).
Los amlicitas se marcaron con rojo, y la maldición cayó sobre ellos, pero la piel oscura no cayó sobre ellos. Ellos mismos se distinguían de los nefitas por sus marcas y trajeron sobre sí la maldición de ser separados de la presencia de Dios.
Otro excelente ejemplo de la diferencia entre la señal y la maldición, es la historia de los anti-nefi-lehitas que se encuentra en Alma 23:17-18:
“Y sucedió que se pusieron el nombre de anti-nefi-lehitas; y fueron llamados por ese nombre, y dejaron de ser llamados lamanitas.
“Y empezaron a ser una gente muy industriosa; sí, y se volvieron amistosos con los nefitas; por lo tanto, establecieron relaciones con ellos, y la maldición de Dios no los siguió más.”
La maldición no los siguió más, pero sí la piel oscura por ser lamanitas de nacimiento. La piel oscura era la seña para distinguir a los dos grupos de personas. Cuando esa característica ya no fue necesaria, entonces ya no había necesidad de colores diferentes de piel. Las personas entonces se distinguían por buenas y malas, no claras y oscuras. Sólo a un grupo de personas les fue cambiado el color de su piel. Todas las personas rectas entre los nefitas y lamanitas que se habían unido contra la banda secreta de los ladrones de Gadiantón. La maldición y la señal fueron quitadas a los lamanitas en esta ocasión.
“Y les fue quitada su maldición, y su piel se tornó blanca como la de los nefitas;
“y sus jóvenes varones y sus hijas llegaron a ser sumamente bellos, y fueron contados entre los nefitas, y fueron llamados nefitas. Y así concluyó el año trece” (3 Nefi 2:15-16).
La palabra clave en el versículo 15 es “y”, la cual crea una diferencia distintiva entre la maldición y la señal.

jueves, 29 de octubre de 2009

Lo que los que los Antimormones no te dicen ... La Teoría Spalding

Por Jack R. Christianson

La acusación: José Smith utilizó la novela inédita “Manuscript Found,” por Solomon Spalding, como fuente para escribir el Libro de Mormón.

La respuesta: La teoría de Spalding no se considera una explicación convincente para el origen del Libro de Mormón por la mayoría de los críticos del Libro de Mormón de hoy en día, pero fue un tema común anti-mormón por aproximadamente cincuenta años. Fue el invento del disidente y excomulgado Santo de los Últimos Días, Philastis Hurlbut, y fue publicado por primera vez en 1834 en Mormonism Unvailed, por E. D. Howe. Este libro presentó la teoría que José Smith plagió el Libro de Mormón al robarle las ideas del argumento de Solomon Spalding. Spalding (1761-1816) fue un veterano de la Guerra Revolucionaria, un anterior ministro calvinista, un graduado del Dartmouth College y el aspirante a autor del “Manuscript Story”, un relato prehistórico épico americano que explica sobre la civilización perdida de los constructores de montículos. Este relato incompleto tiene sólo parecido remoto al texto del Libro de Mormón y muchos críticos literarios no han declarado que haya sido la base de la escritura SUD (véase “Spalding Theory”, Book of Mormon Reference Companion, páginas 734-735). El doctor Kent P. Jackson ha escrito concerniente a las declaraciones infundadas sobre el Solomon Manuscript: “Su popularidad ha decaído, sin embargo, cuando el manuscrito resurgió en 1884 en Honolulu, los lectores pudieron observar que la novela de Spalding no tenía nada en común con el Libro de Mormón. Casi no tiene contenido religioso, el lenguaje es absolutamente diferente que el del Libro de Mormón, el argumento no tiene semejanza, y no se puede establecer una relación histórica entre José Smith y el manuscrito” (Largey, Book of Mormon Reference Companion, página 735). Este razonamiento infundado y usado en exceso contra el Libro de Mormón tiene poco argumento. Al revisar este manuscrito y ver lo absolutamente ridículo que es este argumento, hay que buscarlo en línea. Entonces hay que leer el Libro de Mormón de cubierta a cubierta, y se verá que no hay nada que conecte los dos manuscritos y que José Smith no usó nada escrito por Solomon Spaulding. Spaulding murió cuando José Smith tenía once años. No hay evidencia que los dos se conocieran o que José en su vida se hubiera dado cuenta de la existencia del manuscrito de Spaulding. Cuando se considera esta teoría y otras del mismo estilo que reclaman que José Smith escribió el Libro de Mormón por él mismo, o copió el trabajo escrito por otros, debería recordarse que él afirmó haber traducido el libro de las planchas de oro por el don y poder de Dios. También debería recordarse que él tuvo muy poca educación formal. De hecho, cuando se le preguntó a la esposa de José, Emma, muchos años después de la muerte de José, si él podría haber escrito el relato en privado, y luego dictarlo, pretendiendo que él estaba traduciendo de las planchas de oro, ella contestó, “José Smith no podía escribir ni dictar una carta coherente y bien redactada; menos dictar un libro como el Libro de Mormón…es maravilloso para mí…tanto como para cualquiera…estoy convencida que ningún hombre podría haber dictado los escritos de los manuscritos, a menos que fuera inspirado; porque, cuando yo estaba sirviendo como su escriba, él podía dictarme hora tras hora; y cuando regresaba de comer, o después de las interrupciones, él podía empezar de donde se había quedado, sin siquiera ver el manuscrito o que se le leyera alguna parte.” Emma continuó, “Hubiera sido improbable que un erudito pudiera hacer esto, y, para alguien tan ignorante y nada culto como él era, simplemente era imposible” (Newell and Avery, Mormon Enigma, página 26). Por consiguiente, habría sido excepcionalmente difícil, si no imposible, para alguien tan joven y sin educación, escribir un libro tan complicado, integrando cientos de referencias bíblicas, numerosos argumentos, exhortaciones doctrinales, varios estilos de escribir, referencias culturales del oriente próximo, etcétera y hacerlo en menos de noventa días, que fue el tiempo total de escribir. Ludlow, en su libro A Companion to Your Study of the Book of Mormon, citó a Francis Kirkham acerca del tiempo que se llevó para finalizar la traducción del libro. Escribió, “Parece que la copia completa podría haber sido preparada antes que la impresión principiara, por la razón que la copia original debería guardarse en un lugar separado para evitar su pérdida o destrucción. En cualquier caso, para preparar el manuscrito sería suficiente tiempo de un mes a seis o siete semanas, arreglarlo, y realmente principiar la impresión, la cual inició en agosto de 1829, según la evidencia que se presenta a continuación. La conclusión es esta: La traducción y la escritura del Libro de Mormón comenzó el 7 de abril de 1829, en la página dieciséis o un poco antes y se completaron alrededor del 1 de julio de 1829….La evidencia parece completa, que la impresión del Libro de Mormón empezó en agosto de 1829, y se completó no más allá del 26 de marzo de 1830, en la imprenta de E. B. Grandin en Palmyra, New York. Por las fuentes citadas antes, es claro que el Libro de Mormón fue dictado por José Smith en un período relativamente corto de setenta y cinco días hábiles. Hubo muchos testigos en ambos lugares, en su casa en Harmony, Pennsylvania y en Fayette, New York. Muchas personas supieron todos los hechos. Nadie ha intentado negarlos. Sobre los hechos físicos relacionados con los escribas, el tiempo y lugar de la escritura de la traducción y la publicación del Libro de Mormón, dieron fe del origen divino del libro creyentes y no creyentes. No había motivo para el engaño o distorsión de estos hechos por las personas que con gusto dieron su tiempo en este esfuerzo. Ninguna riqueza, honor, poder o influencia iba a llegar a cualquiera de ellos por este logro, únicamente el privilegio de servir. La recompensa fue gozo en esta vida y en la eternidad, por ayudar a llevar “a salvo aun cuando fuere una sola alma” al camino del amor divino y progreso eterno” (Ludlow, A Companion to Your Study of the Book of Mormon, página 32). Algunas personas han tenido el privilegio de escribir numerosos libros en su vida, han obtenido títulos avanzados. Aún así, no podrían escribir un libro de más de quinientas páginas de tal complejidad y ese espíritu en setenta y cinco días hábiles. Ni cerca. No se conoce ningún ser humano quien podría cumplir esa tarea sin la ayuda divina. La única forma en que José Smith podría haberlo hecho, fue teniendo el don y poder de Dios, tal como él dijo. Por lo tanto, sería útil y sabio para cualquier investigador de la verdad leer el libro cuidadosamente y con oración, luego hacerse una pregunta sencilla; ¿podría cualquier hombre, sin guía divina, haber escrito este libro?

martes, 27 de octubre de 2009

Lo que los Antimormones no te dicen ... ¿Podemos Confiar En Nuestros Sentimientos?




Por J. Cooper Johnson (Traducción Libre)

Muchos críticos de la fe SUD atacan el fundamento de la fe y del testimonio de la verdad al decir cosas como las siguientes:

  • "La verdad nunca se mide por los sentimientos subjetivos, sino sólo por la Palabra de Dios, la Biblia."

  • "Tu no puedes confiar en tus sentimientos. Podría ser algo que tu comiste." (Lo he visto. Enserio.)

  • "Dios trabaja a travéz de la evidencia para demostrar su Palabra y verdad."

  • "Nuestra fe debe estar fundada sobre la evidencia objetiva, no en nuestros sentimientos."
Por eso cuando atacan, siempre tengo unas cuantas preguntas.

¿Cómo da testimonio el Espíritu Santo de la verdad?
¿Cómo sabe que es la palabra de Dios? La Biblia asimismo no lo define. En otras palabras. En ninguna parte de la Biblia dice qué libros deben ser incluidos como la palabra de Dios. y ¿Cúal es la palabra de Dios que usa? ¿Cúal Biblia?
¿Cómo sabe que interpretación de la Biblia usar?
¿Cómo sabe que la Biblia es verdad?
¿Cómo sabe que Jesús es el Hijo de Dios, el Cristo, el Salvador del mundo? ¿Cómo lo sabe? ¿En que basa su testimonio? ¿En palabras escritas? Y eso nos lleva a la pregunta anterior: ¿Cómo sabe que la Bibia es la Palabra de Dios? ¿Sólo por que así lo dice?
¿Ve como esto pueder ser como un círculo? uno puede decir, "Yo creo en Jesus por que así lo dice en la Biblia. Yo creo en la Biblia, por que esta testifica de Jesús. Yo creo en Jesús ...," etc.
Ahora, hay muchas personas que dicen, "Yo creo en la Biblia por que hay evidencia que respalda la Biblia." Bueno, hay millones de personas viviendo hoy dia quienes dicen no creer en la Biblia por que carece de evidencia.
El punto es este: No sólo debemos seguir nuestros propios sentimientos en todo, aunque eso es exactamente lo que toda la gente hace. Hacen lo que sienten que es correcto, ese es el resultado final. Algunos creen que la Biblia es verdad por que sienten que la evidencia es convincente. Algunos, sin embargo, creen que la Biblia es ficción por que sienten que la evidencia es convincente.
Se da por sentado, que nuestros sentimientos pueden estar equivocados; por supuesto que pueden estar equivocados. Pero la fe SUD no aboga únicamente al uso de nuestros propios sentimientos subjetivos. En realidad nosotros abogamos el uso completo del Santo Espíritu para guiarnos a la verdad. ¿Cómo obra el Santo Espíritu? ¿Cómo testifica El de la verdad y nos es testigo a nosotros? es a través de los sentimientos, Pero si ha sentido un testimonio del Santo Espíritu, entonces sabe que no es solo siguiendo sus propios sentimientos subjetivos. Es muy diferente. Y si nunca ha sentido el testimonio del Santo Espíritu, entonces es imposible explicarlo completamente.
Ahora, ¿Cúal es la alternativa a seguir el testimonio que nos guíe a la verdad? Podría decir la Biblia, pero solo observe todos los millones de Cristianos en el mundo y toda la desunión, los desacuerdos y los conflicos de creencias. Todos ellos usan la Biblia, entonces ¿Porqué algunos son tan diferentes de otros? Esto ciertamente no puede ser una norma alternativa viable, debido a que las miles de creencias en conflictos, todos tienen sus raíces en la Biblia.
La alternativa es el intelecto humano. ¿Hemos de suponer que el intelecto humano es perfecto, y que no podemos ser engañados por nuestro intelecto? usemos la norma común del Cristiano Protestante (la Biblia y nuestro intelecto) para ver si encontramos esta perspectiva bíblicamente valida. Veamos si debemos confiar en nuestra propia sabiduría e intelecto, o en el Santo Espíritu y el testimonio de este.
Imaginese entre la gente de Jerusalen hace 2000 años, siendo enseñados por Pedro y los otros apóstoles, cuando estaban enseñando acerca de Jesucristo y su evangelio. ¿Qué habría hecho usted? aquí esta lo que le sucedio a la gente de allí ...
"Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?" (Hechos 2:37)
Quizás estas personas debieron haberse cuestionado estos "sentimientos subjetivos." ¿Quizas este sincero sentimiento fue una descepción? ¿debieron haber demandado una evidencia? debieron haber demandado pruebas? o, ¿talvez este fue el Espíritu Santo dandoles testimonio?. De acuerdo a la norma común establecida por nuestros críticos, estas personas de Jerusalen debieron haber demandado mucho más que estos "sentimientos subjetivos" en su pecho.
O ¿qué hay de los dos hombres sobre el camino a Emaús, en el día de la resurrección de Cristo? estoy seguro que ya saben la historia. Ellos estaban caminando hacia la aldea, tristes y lamentandose sobre paradero de su Salvador. El se había ido de la tumba; las mujeres habían visto a los ángeles, pero a él no le vieron. Entonces, Cristo, mismo, se acerco y empezo a hablar con ellos sobre el camino, pero "los ojos de ellos estaban velados" asi que no lo reconocieron. Cuando se hubieron sentado para comer, Cristo tomó el pan y lo bendijo, lo partió, y les dio. ¡Entonces les fueron abiertos los ojos y le reconocieron! Lucas registra,
"Y se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?" (Lucas 24:32)
¿Talvez debieron haber rechazado aquel sentimiento en su pecho como indigesión? parece que este sentimiento fue posiblemente ocasionado por algo que comieron (¿Pan hechado a perder?) y así la verdad que testificó no debería ser de confianza. ¿Talvez ellos debieron haber demandado más pruebas?
Hablando seriamente, ellos también sintieron un testimonio del Santo Espíritu, el cual les testificó de la veracidad de las cosas que Cristo les había enseñado. Aunque ellos no lo reconocieron en el momento, más tarde lo describieron como una "sensación" en sus "corazónes."
¿Talvez Pedro debió haber sido rechazado por su testimonio de Jesús siendo el "Cristo, el hijo del Dios viviente?" el no lo basó en la razón humana, sabiduría o intelecto, sino que Cristo fue quien le dijo que era bienaventurado por su testimonio sin pruebas o evidencia del hombre
"El les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos." (Mateo 16:15-17)
observe, que es el Santo Espíritu que verdaderamente nos enseña la verdad. Y sí, encontramos la verdad en la Biblia, pero ¿Cómo sabemos cual interpretación es verdadera? debemos confiar en el "Espíritu de verdad," el Espíritu Santo. Lea las palabras de Cristo sobre este sunto:
"Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho." (Juan 14:26)
Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí." (Juan 15:26)
El Santo Espíritu testifica de la verdad. Este es el modelo que debemos emplear; es el modelo que menciono Cristo usar y es el modelo que utilizaron los primeros Cristianos.
Pablo llego incluso a mencionar que nadie puede decir, con significado real, que Jesús es el Cristo, sin el testimonio del Santo Espíritu (1 Corintios 12:3). En otras palabras, si uno nunca ha sentido el testimonio del Santo Espíritu testificandole de Cristo, entonces el testimonio de aquella persona no es verdadero.
Los críticos con frecuencia dirán que debemos tener "fe en la evidencia." ¿Qué clase de fe es esa? No es la clase de fe que tuvo Pedro, el cual Jesús dijo que era bienaventurado a causa de su fe sin evidencia.
No es la clase de fe de la cual Cristo habló a Tomas, cuando, despúes de Su Resurrección, Cristo se mostró asimismo a sus Apóstoles y despúes que Tomás hubo sentido las marcas de los clavos en sus manos, etc. (despúes que tuvo la evidencia que era Cristo), entonces Cristo dijó,
"Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron." (Juan 20:29)
Cristo parece darle más valor a tener fe, sin la evidencia. ¿Eso no tiene sentido? no toma mucho creer algo que es demostrado. ¿Porqué necesitaría uno un testimonio del Santo Espíritu en tal instancia? no necesitaríamos tener fe. Otro problema es que todo el mundo tiene una norma diferente de evidencia. Los Ateos dicen que hay evidencia contundente para demostrar la falsedad de la Biblia. Y lo que puede ser suficiente evidencia para algunos puede no ser suficiente evidencia para otros.
La fe en la evidencia no es la clase de fe que la mayoría del cristianismo protestante moderno conoció, Billy Graham, Expresó como el fundamento de su fe en la Biblia. Contrario a la busqueda de la evidencia, a través del intelecto y sabiduría humana, Billy Graham dice que él fue y preguntó al Señor y la aceptó como la palabra de Dios por fe únicamente. Aquí sus palabras,
"Una noche de luna en las montañas de california salí solo con mi Biblia. Pusé mi Biblia abierta sobre el tronco de un árbol y oré, "Oh, Señor, no comprendo todo lo que hay en este libro, pero lo acepto por fe como la Palabra del Dios viviente." Desde ese momento nunca he dudado que la Biblia es la palabra de Dios." (Billy Graham, The Only Way, A Biblical Standard for Evangelists, 1984 Billy Graham Evangelistic Association, published by World Wide Publications, Minneapolis, Minnesota).
No debemos poner nuestra confianza en nuestros "propios sentimientos," por que en efecto pueden ser Subjetivos, en relación a nuestros deseos. No obstante, cuando le pida a Dios, con un corazón sincero, encontrar la verdad, el conocimiento, la sabiduría, el testimonio, la fe, etc, El le manifestará la verdad. Y es a través del Espíritu Santo.
Usted tiene que estar a tono y buscando verdaderamente la respuesta. No siempre viene tan rapido como uno quisiera, pero de cierto vendrá. Espero y oro para que todos reconozcamos el maravilloso, dulce, susurro del testimonio del Santo Espíritu que toque nuestros corazones, tal como lo hizo hace 2000 años.

Nota del Administrador:

Algo más que me gustaría agregar al tema es que en una ocasión vi un video sobre el tema en Youtube,  llamado Los Mormones Parte 6 en el cual el detractor del Libro de Mormón decía:

" ... Para mi eso es guiar mal e incluso es engañar, eso de insistir que el Libro de Mormón es cierto cuando los hechos indican lo contrario, sólo por que se siente en el corazón o se tiene una sensación en el pecho y ¿eso se convierte en la prueba definitiva de la realidad?, ¿dónde esta la humildad de la que habla el Libro de Mormón?. ¡Nose puede proclamar sólo debido a una impresión en la oración que tenemos la verdad absoluta!, ¡que arrogancia! ¡que absurdo! ¿dondé esta la humildad? ¿dónde está la honradez? ... "
Cuando escuche por primera vez esas palabras me impactaron tanto que creo que lo seguiran haciendo toda mi vida. ¿Cómo una persona puede negar la respuesta de Dios en la oración?  ¿Duda que Dios responda una oración sincera? ¿Que hay acerca de la fe? Basar el testimonio de la Biblia en cosas tangibles es peligroso, y ¿Que hay del testimonio de Dios sino lo ve? es entonces que recuerdo:
"... Porque si escuchaseis al Espíritu que enseña al hombre a orar, sabríais que os es menester orar; porque el espíritu malo no enseña al hombre a orar, sino le enseña que no debe orar." (2 Nefi 32: 8-9).
También recuerdo otra escritura y una advertencia para los que tiene falta de fe:
"He aquí, Moisés habló de él; sí, y he aquí, fue levantado un símbolo en el desierto, para que quien mirara a él, viviera; y muchos miraron y vivieron.
Pero fueron pocos los que comprendieron el significado de esas cosas, y esto a causa de la dureza de sus corazones. Mas hubo muchos que fueron tan obstinados que no quisieron mirar; por tanto, perecieron. Ahora bien, la razón por la que no quisieron mirar fue que no creyeron que los sanaría.
Oh hermanos míos, si fuerais sanados con tan sólo mirar para quedar sanos, ¿no miraríais inmediatamente?, o ¿preferiríais endurecer vuestros corazones en la incredulidad, y ser perezosos y no mirar, para así perecer?"
Si es así, ¡ay de vosotros! Pero si no, mirad ... " (Alma 33: 19-22).
"Oh hijo mío, no seamos perezosos por la facilidad que presenta la senda; porque así sucedió con nuestros padres; pues así les fue dispuesto, para que viviesen si miraban; así también es con nosotros. La vía está preparada, y si queremos mirar, podremos vivir para siempre" (Alma 37:46).

sábado, 24 de octubre de 2009

Lo que los Antimormones no te dicen ... ¿Dónde están las planchas de oro hoy en día?



Por Jack R. Christianson









Pregunta: Si el Libro de Mormón es verdadero, ¿dónde está el manuscrito original (las planchas de oro) de las cuales fue traducido el Libro de Mormón?

La respuesta: ¿Dónde está el manuscrito original de la Santa Biblia? En nuestro conocimiento, no hay ninguno. Aún así, millones de personas continúan creyendo en la Biblia como la palabra de Dios. De hecho, para muchos cristianos hoy en día, la Biblia es lo último, infalible y para siempre. Algunas fuentes, encontradas en la Red, tienen listas de “Los libros más vendidos” que establecen el número de Biblias vendidas a la fecha entre cinco y seis billones de copias.
Cuando se contesta esta pregunta sobre las planchas de oro, sería bueno hacerse otra pregunta. ¿Dónde está el Arca del Convenio que fue usada por el antiguo Israel? Según el libro de Apocalipsis en el Nuevo Testamento, no está escondida en alguna bodega del ejército, como lo describe Steven Spielberg y George Lucas en su película Los Cazadores del Arca Perdida. Se llevó de vuelta a la presencia de Dios. En Apocalipsis 11:19 se lee: “Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en el templo. Y hubo relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo.”
¿Por qué, entonces, es difícil para la gente creerle a José Smith cuando dijo que el ángel Moroni, quien le había dado las planchas de oro, también se las llevó de regreso cuando el trabajo de traducción fue terminado? José Smith registró en su historia, “Cuando el mensajero, de conformidad con el acuerdo, llegó por ellos, se los entregué; y él los tiene a su cargo hasta el día de hoy, dos de mayo de mil ochocientos treinta y ocho” (José Smith – Historia 1:60).
¿Si se tuvieran las planchas de oro en un museo a la vista de los investigadores, haría esto una diferencia en su aceptación del Libro de Mormón como la palabra de Dios? Quizás lo haría para algunos. Sin embargo, para la mayoría, es probable que al ver las planchas no necesariamente aumentaría su creencia de la historia de la aparición del Libro de Mormón. Los museos modernos y las galerías están llenos de artefactos que dan evidencia física de acontecimientos históricos que muchos no creen, porque han sido enseñados de manera diferente. Por ejemplo, hay personas que no creen que ocurrió el Holocausto. Estas personas afirman que no es más que propaganda estadounidense. ¿Por qué? Porque a estas personas les enseñaron en su juventud que los norteamericanos estaban tratando de lavarle el cerebro al mundo, al hacerles creer que eso en realidad tuvo lugar. Pero, ¿cómo la gente no puede creer cuando ellos miran la evidencia y escuchan las historias de aquellos que lo vieron, lo vivieron y perdieron a sus familias en ello?
¿Es lo mismo con las planchas de oro y aquellos que las vieron, las sostuvieron y aún, murieron o perdieron a miembros de su familia a causa de ello? ¿Alguna vez se le habrá ocurrido al lector que todo lo que José y Hyrum Smith tenían que decir era que ellos realmente no vieron el ángel y realmente no habían planchas de oro? Esto habría salvado sus vidas de las manos de sus asesinos. Todo lo que José tenía que decir era que estaba bromeando. Que él no vio al Padre y al Hijo. Que, él no vio visiones y que el Libro de Mormón no era verdadero; todo fue un engaño. En su lugar, lo que él dijo fue, “Yo efectivamente había visto una luz, y en medio de la luz vi a dos Personajes, los cuales en realidad me hablaron; y aunque se me odiaba y perseguía por decir que había visto una visión, no obstante, era cierto; y mientras me perseguían, y me vilipendiaban, y decían falsamente toda clase de mal en contra de mí por afirmarlo, yo pensaba en mi corazón: ¿Por qué me persiguen por decir la verdad? En realidad he visto una visión, y ¿quién soy yo para oponerme a Dios?, o ¿por qué piensa el mundo hacerme negar lo que realmente he visto? Porque había visto una visión; yo lo sabía, y sabía que Dios lo sabía; y no podía negarlo, ni osaría hacerlo; por lo menos, sabía que haciéndolo, ofendería a Dios y caería bajo condenación” (José Smith – Historia 1:25).
Si las personas escogen no creerle a aquellos quienes fueron martirizados por sus testimonios (José y Hyrum Smith), eso es una cosa, pero ¿por qué es difícil creerle a otros, quienes no ganan nada al dar sus testimonios al mundo que las planchas eran reales? Por lo menos once hombres, aparte de José y Hyrum, vieron y tocaron las planchas, pero muchas personas se burlaron de su testimonio. En cualquier marco legal, ¿no sería suficiente el testimonio de once testigos para demostrar un caso? ¿Por qué no con el Libro de Mormón? El apóstol Pablo enseñó, “Por boca de dos o de tres testigos se decidirá todo asunto” (2 Corintios 13:1). Entonces, ¿por qué un creyente de la Biblia no aceptaría el testimonio de once individuos? Esto no tiene sentido.
En las primeras páginas del prefacio del Libro de Mormón, el testimonio de los Tres Testigos – Oliver Cowdery, David Whitmer, y Martin Harris – es dado con claridad. Después de su testimonio de las planchas de oro, sigue el testimonio de los Ocho Testigos - Christian Whitmer, Jacob Whitmer, Peter Whitmer, hijo, John Whitmer, Hiram Page, Joseph Smith, padre, Hyrum Smith y Samuel Smith. Sus testimonios se leen como sigue:

EL TESTIMONIO DE TRES TESTIGOS

“Conste a todas las naciones, tribus, lenguas y pueblos, a quienes llegare esta obra, que nosotros, por la gracia de Dios el Padre, y de nuestro Señor Jesucristo, hemos visto las planchas que contienen esta relación, la cual es una historia del pueblo de Nefi, y también de los lamanitas, sus hermanos, y también del pueblo de Jared, que vino de la torre de que se ha hablado. Y también sabemos que han sido traducidas por el don y el poder de Dios, porque así su voz nos lo declaró; por tanto, sabemos con certeza que la obra es verdadera. También testificamos haber visto los grabados sobre las planchas; y se nos han mostrado por el poder de Dios y no por el de ningún hombre. Y declaramos con palabras solemnes que un ángel de Dios bajó del cielo, y que trajo las planchas y las puso ante nuestros ojos, de manera que las vimos y las contemplamos, así como los grabados que contenían; y sabemos que es por la gracia de Dios el Padre, y de nuestro Señor Jesucristo, que vimos y testificamos que estas cosas son verdaderas. Y es maravilloso a nuestra vista. Sin embargo, la voz del Señor nos mandó que testificásemos de ello; por tanto, para ser obedientes a los mandatos de Dios, testificamos estas cosas. Y sabemos que si somos fieles en Cristo, nuestros vestidos quedarán limpios de la sangre de todos los hombres, y nos hallaremos sin mancha ante el tribunal de Cristo, y moraremos eternamente con Él en los cielos. Y sea la honra al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, que son un Dios. Amén.”

EL TESTIMONIO DE OCHO TESTIGOS

“Conste a todas las naciones, tribus, lenguas y pueblos, a quienes llegare esta obra, que José Smith, hijo, el traductor de ella, nos ha mostrado las planchas de que se ha hablado, las que tienen la apariencia del oro; y hemos palpado con nuestras manos cuantas hojas el referido Smith ha traducido; y también vimos los grabados que contenían, todo lo cual tiene la apariencia de una obra antigua y de hechura exquisita. Y testificamos esto con palabras solemnes, y que el citado Smith nos ha mostrado las planchas de que hemos hablado, porque las hemos visto y sopesado, y con certeza sabemos que el susodicho Smith las tiene en su poder. Y damos nuestros nombres al mundo en testimonio de lo que hemos visto. Y no mentimos, pues Dios es nuestro testigo.”
Hasta el día de su muerte, cada uno de estos testigos sostuvo con firmeza lo que ellos habían testificado que era verdad con relación al Libro de Mormón. Un factor notable que agrega validez a su testimonio, es que muchos de ellos, incluyendo a los tres de los Tres Testigos, se volvieron sin afecto para José Smith y la Iglesia. Dos de los tres, Oliver Cowdery y Martin Harris, eventualmente retornaron a la Iglesia y murieron como miembros fieles. Pero, aún David Whitmer, quien no superó sus diferencias personales con José Smith, nunca negó el testimonio que dio dentro del Libro de Mormón.
Dos años antes de su muerte en 1875 y luego de nuevo en su lecho de muerte, Martin Harris dio este testimonio: “Yo digo que el ángel me enseñó las planchas conteniendo el Libro de Mormón….Yo firmemente creo y sé que José Smith fue un profeta de Dios” (Saint’s Herald, 22:630).
Un año y medio antes de su muerte, después de reintegrarse a la iglesia, Oliver Cowdery se dirigió a una gran audiencia para hablar sobre el Libro de Mormón. Dijo, “Yo contemplé con mis ojos, y toqué con mis manos, las planchas de oro de las cuales éste fue traducido. También contemplé los intérpretes. Este libro es verdadero” (Anderson, Investigating the Book of Mormon Witnesses, página 61). Una docena de parientes de Oliver dejaron memorias de sus últimos momentos, cuando él le aseguró a su esposa, hija, y a miembros cercanos de la familia, su amor por Cristo, de la veracidad del Libro de Mormón, y de la realidad de la restauración del sacerdocio (véase Book of Mormon Reference Companion, página 790).
David Whitmer vivió hasta 1888. Fue un hombre respetable de negocios en Richmond, Missouri. Allí él fue entrevistado frecuentemente por periodistas que buscaban información sobre su testimonio publicado en el Libro de Mormón. Él publicó numerosas declaraciones reiterando su testimonio del Libro de Mormón y explicando porqué él creyó que José Smith había perdido su don de inspiración. En el último año de su vida, él corrigió relatos de enciclopedia que afirmaban que los tres testigos renunciaron a su testimonio escrito. Él declaró, “Diré una vez más a toda la humanidad, que yo nunca he, en ningún momento, negado que ese testimonio o cualquier parte de eso” (Whitmer, An Address to All believers in Christ, página 8). En las últimas horas de su vida, él siguió el modelo establecido por Oliver y Martin; él compartió su testimonio que el Libro de Mormón fue dado por Dios.
Antes de analizar los testimonios de los Ocho Testigos, sería bueno mirar un versículo sencillo en el libro de Mateo, en el Nuevo Testamento. Jesús dijo una parábola de un versículo que tiene importancia para los Santos de los Últimos Días sobre los Tres Testigos. Mateo escribió, “Otra parábola les dijo: el reino de los cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer, y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo fue leudado.” Mateo 13:33. ¿Son las tres medidas de levadura escondidas que leudan el reino de los cielos, los Tres Testigos del Libro de Mormón?
El élder Bruce R. McConkie, haciendo comentarios de esta parábola, se refirió a una declaración hecha por el profeta José Smith: “Aunque la parábola de la levadura se aplica al crecimiento de la fe y el testimonio en los corazones de los hombres de cualquier edad, también tiene una aplicación específica en el establecimiento del reino de los últimos días. ‘Se debe entender,’ el profeta José Smith explicó, ‘que la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días ha tomado su crecimiento de un poco de levadura que fue puesta en tres testigos. ¡Contemplen, cuánto se parece esto a la parábola! Rápidamente hace crecer la masa, y pronto crecerá todo” (Doctrinal New Testament Commentary, página 299; Smith, Teachings, 1977, página 100).
José Smith, padre, Hyrum Smith y Samuel Smith, todos murieron fieles en la Iglesia y nunca negaron sus testimonios del Libro de Mormón. De hecho, ambos, Hyrum y Samuel, dejaron sus vidas por sus testimonios. Miembros de la familia Whitmer, incluyendo a Hiram Page, fueron a sus tumbas proclamando la veracidad de las planchas y la naturaleza divina del Libro de Mormón – aún cuando cuatro fueron excomulgados de la Iglesia (véase Book of Mormon Reference Companion, página 791).
¿Por qué cualquiera que haya estudiado las vidas y testimonios de estos once hombres no tomaría en serio la existencia de las planchas de oro y la validez del Libro de Mormón? Quizás, por lo menos en parte, la razón puede explicarse por una historia de las escrituras del Nuevo Testamento y un versículo del Libro de Mormón.
“Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas, y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas.”
“Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno.”
“Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque soy atormentado en esta llama.”
“Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado.”
“Además de todo esto, una grande sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá.”
“Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre;”
“Porque tengo cinco hermanos; para que les testifique, a in de que no vengan ellos también a este lugar de tormento.”
“Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos.”
“El entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán.”
“Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos.”
El versículo treinta y uno muestra mucho sobe la tendencia humana. Si las personas no le creyeron a Moisés y a los otros profetas (u once testigos), ¿por qué le habrían de creer a José Smith, aún si les hubiera mostrado las planchas de oro o las hubiera puesto en exhibición en un museo? Seguramente no lo harían. Jesús enseñó en esta parábola que aún si alguien viniera de entre los muertos, sería difícil para muchos creer. (Más adelante se discutirá lo qué han dicho algunos de los profetas bíblicos sobre el Libro de Mormón y su aparición en los últimos días.)
En el Libro de Mormón se aprende un principio similar al que se enseña en Lucas 16 sobre Lázaro y el hombre rico. “Porque en aquel día hará el Padre, por mi causa, una obra que será una obra grande y maravillosa entre ellos; y habrá entre ellos quienes no lo creerán, aun cuando un hombre se lo declare.” (3 Nefi 21:9).

lunes, 19 de octubre de 2009

Lo que los Antimormones no te dicen ... El uso de una piedra de cristal en el fondo de un sombrero

Por Jack R. Christianson

La acusación: José Smith usó una misteriosa piedra de cristal en el fondo de un sombrero, no sólo para traducir el Libro de Mormón sino que también para encontrar un tesoro escondido.






La respuesta: La evidencia muestra que José Smith tenía en su posesión una piedra de cristal que él encontro mientras cavaba un pozo en compañia de su hermano Hyrum para un señor Clark Chase, cerca de Palmyra, New York. Oliver Cowdery dijo sobre su rol en a traducción del Libro de Mormón: "Escribí con mi propia pluma el Libro de Mormón completo (salvo unas pocas páginas), así como salió de los labios del profeta José Smith, mientras él traducía por el don y el poder de Dios, por medio del Urim y Tumim, o, como son llamados en ese libro, 'intérpretes sagrados" (Roberts, Comprehensive History of the Churc, 1:128-129).

"Ni José Smith ni su escriba principal, Oliver Cowdery, mencionaron una 'piedra de cristal' en el trabajo de la traducción, pero repetidamente indicaron el uso del Urim y Tumim" (Book of Mormon Reference Companion, página 712). José Smith declaró que tradujo el Libro de Mormón "por medio del Urim y Tumim ... por el don y poder de Dios" (History of the Church, 4:537).

El Urim y Tumim fue descrito por José como un "instrumento curioso ... que consistía en un juego de piedras transparentes en un aro, aseguradas a un pectoral" (History of the Curch, 4:537; véase también José Smith - Historia 1:59). La madre de José, Lucy Mack Smith, describió el instrumento así, "consistía en un juego de dos diamantes de tres esquinas suaves colocados en lentes, y los lentes colocados en aros de plata, que estaban conectados uno al otro de la misma manera que los espejuelos tradicionales" (Smith, Biographical Sketches, página 101).

En 1887 David Whitmer dijo que José Smith utilizó una piedra de cristal, así como también el Urim y Tumim mientras traducía el Libro de Mormón. Los objetores del Libro de Mormón consideran la declaración de Whitmer sobre el sombrero y la usan para que José parezca místico e involucrado en alguna prática oculta en su época. Pero, cuando se ve el contexto, la declaración de Whitmer no es mística. En su libro Address to all Believers in Christ, declaró:

"A veces cuando José intentaba traducir, miraba dentro del sombrero donde estaba puesta la piedra (para no admitir la luz), él se daba cuenta que estaba ciego espiritualmente y no podía traducir. Nos dijo que su mente pensaba demasiado en las cosas terrenales, y varias razones le impedían continuar con la traducción. Cuando estaba en esa condición, salía y oraba, cuando se humillaba bastante ante Dios, entonces podía continuar con la traducción. Ahora vemos cuán estricto es el Señor, y cómo requiere que el corazón de un hombre primero esté en lo correcto, antes que pueda recibir revelación de El" (Roberts, Comprehensive History of the Church, 1:130-31).

Por su declaración sobre el sombrero y la piedra de cristal, es claro que Whitmer se refería al delicado proceso de revelación y no se enfoca en magia o en lo oculto. Pero los detractores del Libro de Mormón no se cansan de discutir sobre la piedra de cristal y el sombrero misterioso.

Joseph Fielding McConkie y Craig J. Ostler, en su libro Revelations of the Restoration, dan seis razones porqué el relato de Whitmer sobre la piedra de cristal usada en un sombrero para traducir el Libro de Mormón, no se puede tomar en serio como evidencia concluyente del proceso de traducción. Extensamente se cita el trabajo de McConkie y Ostler, precisamente porque es lo que se ha encontrado en esta investigación. Es lo siguiente, que José Smith usó el Urim y Tumim para traducir el Libro de Mormón en lugar de la piedra de cristal que tenía en su posesión.

McConkie y Ostler escriben que el relato presentado por David Whitmer, sobre el proceso de traducción, claramente contradice los principios establecidos por el Señor en la Sección Nueve de Doctrina y Convenios. También está en desacuerdo con los testimonios de ambos, José Smith y Oliver Cowdery. McConkie y Ostler concluyen que no es una fuente confiable en este asunto. Ellos respetan y agradecen totalmente por que David Whitmer agregósu nombre como parte del testimonio de ser uno de los Tres Testigos de la veracidad del Libro de Mormón y su origen divino. Sin embargo, esto no lo hace a él un testigo competente del proceso de traducción. Igual que la explicación de David Whitmer, se debería recordar que no hay ningún registro que conste que él haya visto el Urim y Tumim alguna vez, o que haya traducido algo. Su testimonio sobre cómo fue traducido el Libro deMormón simplemente es un rumor.

Cook escribió que por un período que abarca veinte años (1869-88), algunos setenta testimonios registrados sobre la aparición del Libro de Mormón sostiene a David Whitmer como su origen. Estos relatos estaban llenos de inconsistencias. Ellos registraron repetidas veces que Whitmer había dicho, que después de la pérdida de las 116 páginas, el Señor le quitó al profeta ambas cosas, las planchas y el Urim y Tumim y que nunca las regresó. En su lugar, Whitmer afirmó, que el profeta usó para el proceso de traducción, una piedra de cristal de forma ovalada, color chocolate, un poco más grande que un huevo. Entonce, cada cosa que tenemos en el Libro de Mormón, de acuerdo a Whitmer, fue traducido al poner la piedra color chocolate en el sombrero, en el cual José habría metido su cabeza hasta cerrar el paso de la luz. Mientras hacía esto, él podía ver "un pedazo alargado de pergamino, en el cual los jeroglíficos aparecían, " y debajo de la escritura antigua, la traducción sería dada en ingles. José entonces leería esto a Oliver Cowdery, quien a su vez lo escribíria. Si él lo hacía correctamente, los caracteres y la interpretación desaparecerían y serían reemplazados por otros caracteres con su interpretación (Cook, David Whitmer Interviews, páginas 115, 157-158).

McConkie y Ostler escribieron que tal explicación es simplemente ficción creada, con el propósito de degradar a José Smith y para debilitar la validez de las revelaciones que recibió después de traducir el Libro de Mormón. Las seis razones que dieron sobre esta afirmación se lista a continuación.

"Primero, por más de cincuenta años, David Whitmer directamente rechazó a José Smith, declarándole que era un profeta caído. Sin embaro, él nunca nego su testimonio del Libro de Mormón, él rechazo virtualmente todo lo demás asociado con el ministerio de José Smith y la restauración del Evangelio. Su rechazo incluyó ambos sacerdocios, Aarónico y de Melquisedec, los cuales fueron restaurados durante el tiempo que el Libro de Mormón estaba siendo traducido y, por supuesto, las revelaciones que eventualmente constituirían el libro de Doctrina y Convenios.

"Segundo, de acuerdo al relato de David Whitmer de cómo fue traducido el Libro de Mormón, José Smith fue un instrumento de transmisión, mientras que la traducción dependía únicamente del Señor. Esto es simplemente una reflexión del concepto del dictado divino, el cual sostiene que cada palabra de escritura viene de Dios mismo. Si el relato de David Whitmer fuera aceptado, la revelación también incluye ortografía y puntuación. Este concepto está en contra con la explicación que se encuentra en Doctrina y Convenios 8 y 9, la cual detalla cómo viene la revelación. Al respecto, Richard Anderson comentó que Whitmer, 'despues de décadas de reflexión fuera de la Iglesia, concluyó que ninguna modificaciónen cualquier revelación sería posible realizarse. Esta postura tan rígida de de estas revelaciones, concuerda con su postura tan rígida del origen del libro de mormón' (By the Gift and Power of God," página 84). En contraste, Brigham Young observo, 'Si el Señor enviara un ángel a reescribir la Biblia, en muchas partes ésta sería muy diferente de cómo es ahora. Me atrevería a decir que si el Libro de Mormón ahora fuera reescrito, en muchos casos diferiría de la presente traducción' (Journak of Discourses, 9:311).
"David Whitmer muchas veces dijo que si una palabra estaba mal escrita, e traductor no podía continuar hasta que la palabra había sido corregida. Esto dificilmente permite los 3,913 cambios que han sido hechos, entre la primera edición del Libro de Mormón y la presente edición en uso.
"Tercero, si el proceso de traducción fue simplemente un asunto de leer de una piedra de cristal en un sombrero, seguramente Oliver Cowdery pudo hacerlo tan bien, si no mejor, que José Smith. Después de todo, Oliver era un maestro de escuela. ¿Entonces cómo nos explicamos de la incapacidad de traducir de Oliver? Además, referente al uso de un sombrero en la traducción, William Smith, el hermano de José, explicó que el profeta usaba el Urim y Tumim asegurados al pectoral por una varilla que sostenía el juego de piedras de cristal en los aros de un arco ante sus ojos. 'El instrumento causó una presión en los ojos de José, y él a veces recurría a cubrir sus ojos con un sombrero para evitar un poco de luz' (Smith, "Rod of Iron" páginas 1, 3 [February 1924]: 7.
"Cuarto, José Smith repetidamente testificó que volvió a tener las planchas y el Urim y Tumim. Además testificó que él tradujo de las planchas por medio del uso del Urim y Tumim."
"Quinto, David Whitmer dio relatos inconsistentes del instrumento usado para traducir. Thomas Wood Smith, en una respuesta publicada sobre una entrevista que tuvo con David Whitmer, quien e dijo que José Smith usó el Urim y Tumim en la traducción del Libro de Mormón, escribió, 'Cuando leí por primera vez el artículo del señor Traughber en el Herald del 15 de noviembre, pensé que no me percataría de su ataque, porque creí que la Iglesia consideraba mis declaraciones justas y verdaderas desde el punto de vista de otras personas, cuando tuviera ocasión de usarlas, daré esta respuesta únicamente: Que amenos que mi entrevista con David Whiter en enero de 1876 fuera un sueño, o que mi entendimiento del inglés falló completamente, creí desde aquel entonces hasta hoy, que él dijo que José tuvo y usó el Urim y Tumim en la traducción de las inscripciones en referencia. Recuerdo estar más satisfecho con esa declaración, que con lo que oí del uso de la "piedra de cristal". A menos que yo haya soñado la entrevista, o mi memoria falló en recordar la ocasión, él describió la forma y tamaño del mencionado Urim y Tumim. La propuesta más cercana a retractarme del testimonio que di ... públicamente en muchos lugares en un estrado desde enero de 1876, hasta ahora, es, a menos que haya entendido completamente mal al 'padre Whitmer' en este punto, él dijo que la traducción fue hecha por medio de la ayuda del Urim y Tumim. Si él dice que no pretendió transmitir esa impresión en mi mente, entonces digo que me lamento que lo malentendí, y sin querer lo tergiversé. Pero lo que le entendí, frecuentemente todavía lo afirmo" (como se cita en Cook, "David Whitmer Interviews," página 56)
"Finalmente, el testimonio de David Whitmer sencillamente no concuerda con el patrón divino. Si José Smith tradujo todo lo que hay ahora en el Libro de Mormón sin usar las planchas de oro, nos tendremos que preguntar porqué las planchas eran necesarias en primer lugar. No hay que olvidar que la posesión de las planchas colocó a la familia Smith en peligro considerable, causándoles muchas dificultades. Si las planchas no fueron parte del proceso de traducción, no hubiera sido el caso. También tenemos que preguntarnos porqué el Señor mandó hacer un duplicado de las planchas de Lehi a los escritores del Libro de Mormón. Esta precaución - que se compensó con la pérdida de las 116 páginas - tampoco habría tenido sentido. Además, nos preguntaríamos porqué fue necesario que Moroni instruyera a José cada año, por cuatro años, antes que se le confiaran las planchas. Nos preguntaríamos porqué fue tan importante para Moroni mostrar las planchas a los Tres Testigos, incluyendo a David Whitmer. Y ¿por qué el Señor dejó que el profeta mostrara las planchas a los Ocho Testigos? ¿Por qué todo este alboroto si el profeta realmente no tenía las planchas y si no fueron usadas en el proceso de traducción? Lo que nos está pidiendo David Whitmer que creamos, es que el Señór hizo que Moroni sellara las planchas y los recursos con los cuales serían traducidas, cientos de años antes que llegaran a la posesión de José Smith y entonces, decidió que el profeta usara una piedra de cristal encontrada mientras cavaba un pozo, así que ninguna de estas cosas serían necesarias después de todo. Nos preguntaríamos, ¿realmente es esta una explicación creíble sobre la manera que funciona el cielo?" (Revelations of the restoration, páginas 95-98).
El élder Joseph Fielding Smith, quien más tarde llegaría a ser presidente de la Iglesia, tuvo profundos sentimientos en contraste a lo que Robert y Whitmer dijeron concerniente al proceso de traducción.
El presidente Smith se apegó al relato dado por José Smith y Oliver Cowdery. Escribió:
"Aun cuando algunos escritores han dicho que el profeta José Smith usó una piedra del vidente parte del tiempo en su traducción de los anales, y la información indica el hecho de que efectivamente tuvo en su poder tal piedra, no hay ninguna declaración auténtica en la historia de la Iglesia que manifieste que se usó tal piedra en la traducción. Estos informes son simplemente rumores, y yo personalmente no creo que se usara esta piedra para tal propósito. La razón que doy para esta conclusión se halla en la declaración del Señor al hermano de Jared, la cual se lee en Éter 3:22-24."
"Siento que es importante incuir aquí estos versículos del Libro de Mormón, a fin de mantener estas eclaraciones del élder Smith en el contexto adecuado."
"Y he aquí, cuando vengas a mí, las escribirás y las sellarás a fin de que nadie pueda interpretarlas; porque las escribirás en un lenguaje que no se podrá leer."
"Y he aquí, te daré estas dos piedras, y también las sellaras junto con las cosas que escribas."
"Porque he aquí, he confundido el idioma que escribirás; por tanto, haré que en mi propio y debido tiempo estas piedras clarifiquen a los ojos de los hombres las cosas que tú escribirás."
El presidente Smith continuó, "Estas piedras, el Urim y Tumim, que se dieron al hermano de Jared se preservaron para este propósito mismo de traducir los anales, tanto de los jareditas como de los nefitas. Además, Moroni recalcó al profeta el hecho de que se daban estas piedras precisamente para tal propósito (véase José Smith - Historia 1:34-45). Dificilmente parece razonable suponer que el profeta poseyó una piedra del vidente, que bien pudo haber usado para otros propósitos" (Smith, Doctrina de Salvación, 3:212-13).
La historia entonces, de la piedra en el sombrerio es muy parecida sólo a esto - a una historia. No hay evidencia concluyente que José Smith usó ese proceso en la traducción del Libro de Mormón. Se tiene, sin embargo, evidencia que José Smith poseyó una piedra de cristal y que le dio la piedra a Oliver Cowdery. David Whitmer declaró que después de la muerte de Oliver Cowdery en 1848, Phineas Young, hermano de Brigham Young, recibió la piedra de cristal de parte de la viuda de Oliver, mientras la visitaba en Missouri. Él a su vez, a su regreso a la Ciudad del Lago Salado, dio una piedra a Brigham Young. La piedra permanece en poder de la Iglesia desde ese tiempo (véase Book of Mormon Reference Companion, página 712).
Respecto a la acusación que José Smith usó la piedra de cristal para localizar un tesoro escondido, es casi risible. José fue instruido desde el principio que "Satanas procuraría tentarme (a causa de la situación indigente de la familia de mi padre) a que obtuviera las planchas con el fin de hacerme rico. Esto él me lo prohibió, y dijo que, al obtener las planchas, no debía tener presente más objeto que el de glorificar a Dios; y que ningún otro motivo había de influir en mí sino el de edificar su reino; de lo contrario, no podría obtenerlas." (José Smith - Historia 1:46). El objetivo completo de José era glorificar a Dios y edificar su reino.
Si obtener riquezas fue el objetivo de José al poseer la piedra de cristal, entonces él fracaso terriblemente. Pasó apuros financieros la mayor parte de su vida. El Señor le dijo en julio de 1830 que "para los trabajos temporales no tendrás fuerza, porque éste no es tu llamamiento" (Doctrina y Convenios 24:9). Otra pregunta que debe hacerse es, si José usó la piedra de cristal para encontrar tesoros escondidos de plata y oro, ¿por qué el no vivió como los otros ministros de sus días? ¿por qué él no tuvó una casa propia hasta la época de Nauvoo? (La cabaña de la granja en Nauvoo fue la primera casa de José y Emma. Ellos se trasladaron a la cabaña en mayo de 1839). ¿Por qué él o su familia no prosperaron por la venta del Libro de Mormón? No hay evidencia que José ganó algún dinero de la venta del Libro de Mormón. Pero de acuerdo a varias fuentes en a Red, listan los "libros más vendidos de todos los tiempos," el Libro de Mormón ocupa el octavo lugar en el mundo con más de 120,000,000 copias vendidas a la fecha. De nuevo, José nunca recibió ninguna ganancia financiera ni lo ha recibido la Iglesia, de las ventas del Libro de Mormón.
Si su interés era el dinero, ¿por qué José tuvo que prestar cincuenta dólares a Martín Harris en 1829 para viajar a Pennsylvania (véase José Smith - Historia 1:61)? ¿Por qué Martin Harris hipotecó su granja por tres mil dólares a fin de asegurar la publicación de los primeros cinco mil ejemplares encuadernados en cuero del Libro de Mormón en 1829 (véase Book of Mormon Reference Companion, página 134)? La acusación que José Smith usó la piedra de cristal para obtener riquezas es absurda. No hay absolutamente ninguna evidencia para confirmar esta acusación.