"y estad siempre preparados para responder con mansedumbre y reverencia a cada uno que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros".
1 Pedro 3:15

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sábado, 31 de octubre de 2009

Lo que los Antimormones no te dicen ... La maldición y la marca de los lamanitas

Por Jack R. Christianson

La acusación: ¿Por qué un Dios justo “maldeciría” a los lamanitas con “una piel de color oscuro” (2 Nefi 5:21)?

La respuesta: Es verdad que el Libro de Mormón dice que los lamanitas tenían una piel de color oscuro que cayó sobre ellos. Sin embargo, no es verdad que la piel de color oscuro fue una maldición a ellos. Al inicio del segundo capítulo del libro, Laman y Lemuel, los hijos rebeldes del profeta Lehi, fueron advertidos que si ellos continuaban en su maldad, serían apartados de la presencia del Señor. Esta separación de la presencia del Señor sería la maldición, no el color de su piel. En 1 Nefi 2:21, 23 se lee:
“Y según se rebelen tus hermanos contra ti, serán separados de la presencia del Señor.
“Porque he aquí, el día en que se rebelaren contra mí, yo los maldeciré con penosa maldición, y no tendrán ningún poder sobre tu posteridad, a menos que ella también se rebelare contra mí.”
Ellos no se arrepintieron ni cambiaron, y de esta manera cuando las familias se dividieron en 2 Nefi, capítulo 5, la maldición fue traída a efecto. Se lee en 2 Nefi 5:20-24:
“Por tanto, se cumplió la palabra que el Señor me habló, diciendo: Por cuanto ellos no quieren escuchar tus palabras, serán separados de la presencia del Señor. Y he aquí, fueron separados de su presencia.
“Y él había hecho caer la maldición sobre ellos, sí, una penosa maldición, a causa de su iniquidad. Porque he aquí, habían endurecido sus corazones contra él, de modo que se habían vuelto como un pedernal; por tanto, ya que eran blancos y sumamente bellos y deleitables, el Señor Dios hizo que los cubriese una piel de color obscuro, para que no atrajeran a los de mi pueblo.
“Y así dice el Señor Dios: Haré que sean repugnantes a tu pueblo, a no ser que se arrepientan de sus iniquidades.
“Y malditos serán los descendientes de aquel que se mezcle con la posteridad de ellos; porque serán maldecidos con la misma maldición. Y el Señor lo habló; y así fue.
“Y a causa de la maldición que vino sobre ellos, se convirtieron en un pueblo ocioso, lleno de maldad y astucia, y cazaban animales salvajes en el desierto.
Por estos versículos parecería evidente que la maldición fue ser aislados de la presencia de Dios, o en otras palabras, experimentaron una pérdida del Espíritu Santo. Esto, entonces, fue la causa de su pereza, vandalismo, sutileza, y corazones como pedernal. En relación a esta maldición y seña, el autor Daniel Ludlow ha dicho, “Esta es la única referencia en todo el Libro de Mormón donde un adjetivo definido de color ["negrura"] se usa para referirse a esta seña. Todas las otras referencias lo llaman una ‘piel de oscuridad’ o una ‘piel oscura.’ Es interesante notar que los términos ‘negrura’ y ‘oscura’ son intercambiables en el hebreo. Incluso en el hebreo moderno no es inusual para algunos traductores diestros escoger oscura como la mejor traducción (Book of Mormon Companion, página 132).
Por lo tanto, la palabra “negrura” podría y posiblemente debería significar “oscura.” El color de la piel de uno no tiene nada que ver con el comportamiento. Tener el Espíritu o no tener el Espíritu, tiene todo que ver con el comportamiento de una persona. El presidente Joseph Fielding Smith aclara este punto. El dijo: “La piel oscura fue puesta sobre los lamanitas para que ellos pudieran distinguirse de los nefitas y evitar que los dos grupos de personas se mesclaran. La piel oscura fue un signo de esta maldición. La maldición fue el retiro del Espíritu del Señor. La piel oscura…no se considera más un signo de la maldición. Muchos de estos conversos son deleitables y tienen el Espíritu del Señor” (Answers to Gospel Questions, 1:123-24).
Alma 9:14 reitera las enseñanzas del presidente Smith:
“Ahora quisiera que recordaseis que los lamanitas, por cuanto no han guardado los mandamientos de Dios, han sido separados de la presencia del Señor. Vemos, pues, que la palabra del Señor se ha cumplido en esto, y los lamanitas han quedado separados de su presencia, desde el principio de sus transgresiones en esta tierra.” De nuevo, la maldición es estar separados de la presencia del Señor, no el color de la piel. Donde muchos se confunden en este asunto, es cuando leen en Alma 3:6-10, el cual dice:
“Y la piel de los lamanitas era obscura, conforme a la señal que fue puesta sobre sus padres, la cual fue una maldición sobre ellos por motivo de su transgresión y su rebelión en contra de sus hermanos Nefi, Jacob, José y Sam, que fueron hombres justos y santos.
“Y sus hermanos intentaron destruirlos; por lo tanto, fueron maldecidos; y el Señor Dios puso una señal sobre ellos, sí, sobre Lamán y Lemuel, y también sobre los hijos de Ismael y en las mujeres ismaelitas.
“Y se hizo esto para distinguir a su posteridad de la posteridad de sus hermanos, para que por ese medio el Señor Dios preservara a su pueblo, a fin de que no se mezclaran ni creyeran en tradiciones incorrectas que causarían su destrucción.
“Y aconteció que quien mezclaba su simiente con la de los lamanitas traía la misma maldición sobre sus descendientes.
“Por tanto, todo el que se dejaba desviar por los lamanitas recibía ese nombre, y le era puesta una señal.”
Así que, la señal se convirtió en una maldición pero esa no era la maldición. Llegó a ser una maldición porque las personas participaron de la maldad de los lamanitas. Joseph Fielding McConkie y Robert L. Millet se pronunciaron sobre este punto cuando escribieron: “Debido a su iniquidad, los lamanitas fueron maldecidos con una ‘piel de oscuridad.’ Nuestro texto nos dice que ellos fueron maldecidos a fin de que no fueran atractivos para los nefitas. El Antiguo Testamento contiene amplia evidencia que cuando los hijos de Israel se casaban fuera del convenios, eran disuadidos de la veneración de la verdad y del Dios viviente, y rápidamente aceptaban la idolatría de los cananeos” (Doctrinal Commentary on the Book of Mormon, 1:123-24).
La evidencia de que esta señal llegó a ser una maldición viene de la historia en el mismo capítulo de Alma, cuando los amlicitas se señalaron a sí mismos y se unieron a los lamanitas.
“Ahora volveremos otra vez a los amlicitas, porque también sobre ellos fue puesta una señal; sí, ellos mismos se pusieron la señal; sí, una marca roja sobre la frente.
“De este modo queda cumplida la palabra de Dios, porque éstas son las palabras que él dijo a Nefi: He aquí, he maldecido a los lamanitas, y pondré sobre ellos una señal para que ellos y su posteridad queden separados de ti y de tu posteridad, desde hoy en adelante y para siempre, salvo que se arrepientan de su iniquidad y se vuelvan a mí, para que yo tenga misericordia de ellos.
“Y además: Pondré una señal sobre aquel que mezcle su simiente con la de tus hermanos, para que sean maldecidos también.
“Y además: Pondré una señal sobre el que pelee contra ti y tu posteridad.
“Y digo también que quien se separe de ti, no se llamará más tu posteridad; y te bendeciré a ti, y al que fuere llamado tu descendencia, desde hoy en adelante y para siempre; y éstas fueron las promesas del Señor a Nefi y a su posteridad.
“Ahora bien, los amlicitas no sabían que estaban cumpliendo las palabras de Dios cuando empezaron a marcarse la frente; sin embargo, se habían rebelado abiertamente contra Dios; por tanto, fue menester que la maldición cayera sobre ellos.
“Ahora bien, quisiera que entendieseis que ellos trajeron sobre sí mismos la maldición; y de igual manera todo hombre que es maldecido trae sobre sí su propia condenación” (Alma 3:13-19).
Los amlicitas se marcaron con rojo, y la maldición cayó sobre ellos, pero la piel oscura no cayó sobre ellos. Ellos mismos se distinguían de los nefitas por sus marcas y trajeron sobre sí la maldición de ser separados de la presencia de Dios.
Otro excelente ejemplo de la diferencia entre la señal y la maldición, es la historia de los anti-nefi-lehitas que se encuentra en Alma 23:17-18:
“Y sucedió que se pusieron el nombre de anti-nefi-lehitas; y fueron llamados por ese nombre, y dejaron de ser llamados lamanitas.
“Y empezaron a ser una gente muy industriosa; sí, y se volvieron amistosos con los nefitas; por lo tanto, establecieron relaciones con ellos, y la maldición de Dios no los siguió más.”
La maldición no los siguió más, pero sí la piel oscura por ser lamanitas de nacimiento. La piel oscura era la seña para distinguir a los dos grupos de personas. Cuando esa característica ya no fue necesaria, entonces ya no había necesidad de colores diferentes de piel. Las personas entonces se distinguían por buenas y malas, no claras y oscuras. Sólo a un grupo de personas les fue cambiado el color de su piel. Todas las personas rectas entre los nefitas y lamanitas que se habían unido contra la banda secreta de los ladrones de Gadiantón. La maldición y la señal fueron quitadas a los lamanitas en esta ocasión.
“Y les fue quitada su maldición, y su piel se tornó blanca como la de los nefitas;
“y sus jóvenes varones y sus hijas llegaron a ser sumamente bellos, y fueron contados entre los nefitas, y fueron llamados nefitas. Y así concluyó el año trece” (3 Nefi 2:15-16).
La palabra clave en el versículo 15 es “y”, la cual crea una diferencia distintiva entre la maldición y la señal.

jueves, 29 de octubre de 2009

Lo que los que los Antimormones no te dicen ... La Teoría Spalding

Por Jack R. Christianson

La acusación: José Smith utilizó la novela inédita “Manuscript Found,” por Solomon Spalding, como fuente para escribir el Libro de Mormón.

La respuesta: La teoría de Spalding no se considera una explicación convincente para el origen del Libro de Mormón por la mayoría de los críticos del Libro de Mormón de hoy en día, pero fue un tema común anti-mormón por aproximadamente cincuenta años. Fue el invento del disidente y excomulgado Santo de los Últimos Días, Philastis Hurlbut, y fue publicado por primera vez en 1834 en Mormonism Unvailed, por E. D. Howe. Este libro presentó la teoría que José Smith plagió el Libro de Mormón al robarle las ideas del argumento de Solomon Spalding. Spalding (1761-1816) fue un veterano de la Guerra Revolucionaria, un anterior ministro calvinista, un graduado del Dartmouth College y el aspirante a autor del “Manuscript Story”, un relato prehistórico épico americano que explica sobre la civilización perdida de los constructores de montículos. Este relato incompleto tiene sólo parecido remoto al texto del Libro de Mormón y muchos críticos literarios no han declarado que haya sido la base de la escritura SUD (véase “Spalding Theory”, Book of Mormon Reference Companion, páginas 734-735). El doctor Kent P. Jackson ha escrito concerniente a las declaraciones infundadas sobre el Solomon Manuscript: “Su popularidad ha decaído, sin embargo, cuando el manuscrito resurgió en 1884 en Honolulu, los lectores pudieron observar que la novela de Spalding no tenía nada en común con el Libro de Mormón. Casi no tiene contenido religioso, el lenguaje es absolutamente diferente que el del Libro de Mormón, el argumento no tiene semejanza, y no se puede establecer una relación histórica entre José Smith y el manuscrito” (Largey, Book of Mormon Reference Companion, página 735). Este razonamiento infundado y usado en exceso contra el Libro de Mormón tiene poco argumento. Al revisar este manuscrito y ver lo absolutamente ridículo que es este argumento, hay que buscarlo en línea. Entonces hay que leer el Libro de Mormón de cubierta a cubierta, y se verá que no hay nada que conecte los dos manuscritos y que José Smith no usó nada escrito por Solomon Spaulding. Spaulding murió cuando José Smith tenía once años. No hay evidencia que los dos se conocieran o que José en su vida se hubiera dado cuenta de la existencia del manuscrito de Spaulding. Cuando se considera esta teoría y otras del mismo estilo que reclaman que José Smith escribió el Libro de Mormón por él mismo, o copió el trabajo escrito por otros, debería recordarse que él afirmó haber traducido el libro de las planchas de oro por el don y poder de Dios. También debería recordarse que él tuvo muy poca educación formal. De hecho, cuando se le preguntó a la esposa de José, Emma, muchos años después de la muerte de José, si él podría haber escrito el relato en privado, y luego dictarlo, pretendiendo que él estaba traduciendo de las planchas de oro, ella contestó, “José Smith no podía escribir ni dictar una carta coherente y bien redactada; menos dictar un libro como el Libro de Mormón…es maravilloso para mí…tanto como para cualquiera…estoy convencida que ningún hombre podría haber dictado los escritos de los manuscritos, a menos que fuera inspirado; porque, cuando yo estaba sirviendo como su escriba, él podía dictarme hora tras hora; y cuando regresaba de comer, o después de las interrupciones, él podía empezar de donde se había quedado, sin siquiera ver el manuscrito o que se le leyera alguna parte.” Emma continuó, “Hubiera sido improbable que un erudito pudiera hacer esto, y, para alguien tan ignorante y nada culto como él era, simplemente era imposible” (Newell and Avery, Mormon Enigma, página 26). Por consiguiente, habría sido excepcionalmente difícil, si no imposible, para alguien tan joven y sin educación, escribir un libro tan complicado, integrando cientos de referencias bíblicas, numerosos argumentos, exhortaciones doctrinales, varios estilos de escribir, referencias culturales del oriente próximo, etcétera y hacerlo en menos de noventa días, que fue el tiempo total de escribir. Ludlow, en su libro A Companion to Your Study of the Book of Mormon, citó a Francis Kirkham acerca del tiempo que se llevó para finalizar la traducción del libro. Escribió, “Parece que la copia completa podría haber sido preparada antes que la impresión principiara, por la razón que la copia original debería guardarse en un lugar separado para evitar su pérdida o destrucción. En cualquier caso, para preparar el manuscrito sería suficiente tiempo de un mes a seis o siete semanas, arreglarlo, y realmente principiar la impresión, la cual inició en agosto de 1829, según la evidencia que se presenta a continuación. La conclusión es esta: La traducción y la escritura del Libro de Mormón comenzó el 7 de abril de 1829, en la página dieciséis o un poco antes y se completaron alrededor del 1 de julio de 1829….La evidencia parece completa, que la impresión del Libro de Mormón empezó en agosto de 1829, y se completó no más allá del 26 de marzo de 1830, en la imprenta de E. B. Grandin en Palmyra, New York. Por las fuentes citadas antes, es claro que el Libro de Mormón fue dictado por José Smith en un período relativamente corto de setenta y cinco días hábiles. Hubo muchos testigos en ambos lugares, en su casa en Harmony, Pennsylvania y en Fayette, New York. Muchas personas supieron todos los hechos. Nadie ha intentado negarlos. Sobre los hechos físicos relacionados con los escribas, el tiempo y lugar de la escritura de la traducción y la publicación del Libro de Mormón, dieron fe del origen divino del libro creyentes y no creyentes. No había motivo para el engaño o distorsión de estos hechos por las personas que con gusto dieron su tiempo en este esfuerzo. Ninguna riqueza, honor, poder o influencia iba a llegar a cualquiera de ellos por este logro, únicamente el privilegio de servir. La recompensa fue gozo en esta vida y en la eternidad, por ayudar a llevar “a salvo aun cuando fuere una sola alma” al camino del amor divino y progreso eterno” (Ludlow, A Companion to Your Study of the Book of Mormon, página 32). Algunas personas han tenido el privilegio de escribir numerosos libros en su vida, han obtenido títulos avanzados. Aún así, no podrían escribir un libro de más de quinientas páginas de tal complejidad y ese espíritu en setenta y cinco días hábiles. Ni cerca. No se conoce ningún ser humano quien podría cumplir esa tarea sin la ayuda divina. La única forma en que José Smith podría haberlo hecho, fue teniendo el don y poder de Dios, tal como él dijo. Por lo tanto, sería útil y sabio para cualquier investigador de la verdad leer el libro cuidadosamente y con oración, luego hacerse una pregunta sencilla; ¿podría cualquier hombre, sin guía divina, haber escrito este libro?

martes, 27 de octubre de 2009

Lo que los Antimormones no te dicen ... ¿Podemos Confiar En Nuestros Sentimientos?




Por J. Cooper Johnson (Traducción Libre)

Muchos críticos de la fe SUD atacan el fundamento de la fe y del testimonio de la verdad al decir cosas como las siguientes:

  • "La verdad nunca se mide por los sentimientos subjetivos, sino sólo por la Palabra de Dios, la Biblia."

  • "Tu no puedes confiar en tus sentimientos. Podría ser algo que tu comiste." (Lo he visto. Enserio.)

  • "Dios trabaja a travéz de la evidencia para demostrar su Palabra y verdad."

  • "Nuestra fe debe estar fundada sobre la evidencia objetiva, no en nuestros sentimientos."
Por eso cuando atacan, siempre tengo unas cuantas preguntas.

¿Cómo da testimonio el Espíritu Santo de la verdad?
¿Cómo sabe que es la palabra de Dios? La Biblia asimismo no lo define. En otras palabras. En ninguna parte de la Biblia dice qué libros deben ser incluidos como la palabra de Dios. y ¿Cúal es la palabra de Dios que usa? ¿Cúal Biblia?
¿Cómo sabe que interpretación de la Biblia usar?
¿Cómo sabe que la Biblia es verdad?
¿Cómo sabe que Jesús es el Hijo de Dios, el Cristo, el Salvador del mundo? ¿Cómo lo sabe? ¿En que basa su testimonio? ¿En palabras escritas? Y eso nos lleva a la pregunta anterior: ¿Cómo sabe que la Bibia es la Palabra de Dios? ¿Sólo por que así lo dice?
¿Ve como esto pueder ser como un círculo? uno puede decir, "Yo creo en Jesus por que así lo dice en la Biblia. Yo creo en la Biblia, por que esta testifica de Jesús. Yo creo en Jesús ...," etc.
Ahora, hay muchas personas que dicen, "Yo creo en la Biblia por que hay evidencia que respalda la Biblia." Bueno, hay millones de personas viviendo hoy dia quienes dicen no creer en la Biblia por que carece de evidencia.
El punto es este: No sólo debemos seguir nuestros propios sentimientos en todo, aunque eso es exactamente lo que toda la gente hace. Hacen lo que sienten que es correcto, ese es el resultado final. Algunos creen que la Biblia es verdad por que sienten que la evidencia es convincente. Algunos, sin embargo, creen que la Biblia es ficción por que sienten que la evidencia es convincente.
Se da por sentado, que nuestros sentimientos pueden estar equivocados; por supuesto que pueden estar equivocados. Pero la fe SUD no aboga únicamente al uso de nuestros propios sentimientos subjetivos. En realidad nosotros abogamos el uso completo del Santo Espíritu para guiarnos a la verdad. ¿Cómo obra el Santo Espíritu? ¿Cómo testifica El de la verdad y nos es testigo a nosotros? es a través de los sentimientos, Pero si ha sentido un testimonio del Santo Espíritu, entonces sabe que no es solo siguiendo sus propios sentimientos subjetivos. Es muy diferente. Y si nunca ha sentido el testimonio del Santo Espíritu, entonces es imposible explicarlo completamente.
Ahora, ¿Cúal es la alternativa a seguir el testimonio que nos guíe a la verdad? Podría decir la Biblia, pero solo observe todos los millones de Cristianos en el mundo y toda la desunión, los desacuerdos y los conflicos de creencias. Todos ellos usan la Biblia, entonces ¿Porqué algunos son tan diferentes de otros? Esto ciertamente no puede ser una norma alternativa viable, debido a que las miles de creencias en conflictos, todos tienen sus raíces en la Biblia.
La alternativa es el intelecto humano. ¿Hemos de suponer que el intelecto humano es perfecto, y que no podemos ser engañados por nuestro intelecto? usemos la norma común del Cristiano Protestante (la Biblia y nuestro intelecto) para ver si encontramos esta perspectiva bíblicamente valida. Veamos si debemos confiar en nuestra propia sabiduría e intelecto, o en el Santo Espíritu y el testimonio de este.
Imaginese entre la gente de Jerusalen hace 2000 años, siendo enseñados por Pedro y los otros apóstoles, cuando estaban enseñando acerca de Jesucristo y su evangelio. ¿Qué habría hecho usted? aquí esta lo que le sucedio a la gente de allí ...
"Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?" (Hechos 2:37)
Quizás estas personas debieron haberse cuestionado estos "sentimientos subjetivos." ¿Quizas este sincero sentimiento fue una descepción? ¿debieron haber demandado una evidencia? debieron haber demandado pruebas? o, ¿talvez este fue el Espíritu Santo dandoles testimonio?. De acuerdo a la norma común establecida por nuestros críticos, estas personas de Jerusalen debieron haber demandado mucho más que estos "sentimientos subjetivos" en su pecho.
O ¿qué hay de los dos hombres sobre el camino a Emaús, en el día de la resurrección de Cristo? estoy seguro que ya saben la historia. Ellos estaban caminando hacia la aldea, tristes y lamentandose sobre paradero de su Salvador. El se había ido de la tumba; las mujeres habían visto a los ángeles, pero a él no le vieron. Entonces, Cristo, mismo, se acerco y empezo a hablar con ellos sobre el camino, pero "los ojos de ellos estaban velados" asi que no lo reconocieron. Cuando se hubieron sentado para comer, Cristo tomó el pan y lo bendijo, lo partió, y les dio. ¡Entonces les fueron abiertos los ojos y le reconocieron! Lucas registra,
"Y se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?" (Lucas 24:32)
¿Talvez debieron haber rechazado aquel sentimiento en su pecho como indigesión? parece que este sentimiento fue posiblemente ocasionado por algo que comieron (¿Pan hechado a perder?) y así la verdad que testificó no debería ser de confianza. ¿Talvez ellos debieron haber demandado más pruebas?
Hablando seriamente, ellos también sintieron un testimonio del Santo Espíritu, el cual les testificó de la veracidad de las cosas que Cristo les había enseñado. Aunque ellos no lo reconocieron en el momento, más tarde lo describieron como una "sensación" en sus "corazónes."
¿Talvez Pedro debió haber sido rechazado por su testimonio de Jesús siendo el "Cristo, el hijo del Dios viviente?" el no lo basó en la razón humana, sabiduría o intelecto, sino que Cristo fue quien le dijo que era bienaventurado por su testimonio sin pruebas o evidencia del hombre
"El les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos." (Mateo 16:15-17)
observe, que es el Santo Espíritu que verdaderamente nos enseña la verdad. Y sí, encontramos la verdad en la Biblia, pero ¿Cómo sabemos cual interpretación es verdadera? debemos confiar en el "Espíritu de verdad," el Espíritu Santo. Lea las palabras de Cristo sobre este sunto:
"Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho." (Juan 14:26)
Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí." (Juan 15:26)
El Santo Espíritu testifica de la verdad. Este es el modelo que debemos emplear; es el modelo que menciono Cristo usar y es el modelo que utilizaron los primeros Cristianos.
Pablo llego incluso a mencionar que nadie puede decir, con significado real, que Jesús es el Cristo, sin el testimonio del Santo Espíritu (1 Corintios 12:3). En otras palabras, si uno nunca ha sentido el testimonio del Santo Espíritu testificandole de Cristo, entonces el testimonio de aquella persona no es verdadero.
Los críticos con frecuencia dirán que debemos tener "fe en la evidencia." ¿Qué clase de fe es esa? No es la clase de fe que tuvo Pedro, el cual Jesús dijo que era bienaventurado a causa de su fe sin evidencia.
No es la clase de fe de la cual Cristo habló a Tomas, cuando, despúes de Su Resurrección, Cristo se mostró asimismo a sus Apóstoles y despúes que Tomás hubo sentido las marcas de los clavos en sus manos, etc. (despúes que tuvo la evidencia que era Cristo), entonces Cristo dijó,
"Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron." (Juan 20:29)
Cristo parece darle más valor a tener fe, sin la evidencia. ¿Eso no tiene sentido? no toma mucho creer algo que es demostrado. ¿Porqué necesitaría uno un testimonio del Santo Espíritu en tal instancia? no necesitaríamos tener fe. Otro problema es que todo el mundo tiene una norma diferente de evidencia. Los Ateos dicen que hay evidencia contundente para demostrar la falsedad de la Biblia. Y lo que puede ser suficiente evidencia para algunos puede no ser suficiente evidencia para otros.
La fe en la evidencia no es la clase de fe que la mayoría del cristianismo protestante moderno conoció, Billy Graham, Expresó como el fundamento de su fe en la Biblia. Contrario a la busqueda de la evidencia, a través del intelecto y sabiduría humana, Billy Graham dice que él fue y preguntó al Señor y la aceptó como la palabra de Dios por fe únicamente. Aquí sus palabras,
"Una noche de luna en las montañas de california salí solo con mi Biblia. Pusé mi Biblia abierta sobre el tronco de un árbol y oré, "Oh, Señor, no comprendo todo lo que hay en este libro, pero lo acepto por fe como la Palabra del Dios viviente." Desde ese momento nunca he dudado que la Biblia es la palabra de Dios." (Billy Graham, The Only Way, A Biblical Standard for Evangelists, 1984 Billy Graham Evangelistic Association, published by World Wide Publications, Minneapolis, Minnesota).
No debemos poner nuestra confianza en nuestros "propios sentimientos," por que en efecto pueden ser Subjetivos, en relación a nuestros deseos. No obstante, cuando le pida a Dios, con un corazón sincero, encontrar la verdad, el conocimiento, la sabiduría, el testimonio, la fe, etc, El le manifestará la verdad. Y es a través del Espíritu Santo.
Usted tiene que estar a tono y buscando verdaderamente la respuesta. No siempre viene tan rapido como uno quisiera, pero de cierto vendrá. Espero y oro para que todos reconozcamos el maravilloso, dulce, susurro del testimonio del Santo Espíritu que toque nuestros corazones, tal como lo hizo hace 2000 años.

Nota del Administrador:

Algo más que me gustaría agregar al tema es que en una ocasión vi un video sobre el tema en Youtube,  llamado Los Mormones Parte 6 en el cual el detractor del Libro de Mormón decía:

" ... Para mi eso es guiar mal e incluso es engañar, eso de insistir que el Libro de Mormón es cierto cuando los hechos indican lo contrario, sólo por que se siente en el corazón o se tiene una sensación en el pecho y ¿eso se convierte en la prueba definitiva de la realidad?, ¿dónde esta la humildad de la que habla el Libro de Mormón?. ¡Nose puede proclamar sólo debido a una impresión en la oración que tenemos la verdad absoluta!, ¡que arrogancia! ¡que absurdo! ¿dondé esta la humildad? ¿dónde está la honradez? ... "
Cuando escuche por primera vez esas palabras me impactaron tanto que creo que lo seguiran haciendo toda mi vida. ¿Cómo una persona puede negar la respuesta de Dios en la oración?  ¿Duda que Dios responda una oración sincera? ¿Que hay acerca de la fe? Basar el testimonio de la Biblia en cosas tangibles es peligroso, y ¿Que hay del testimonio de Dios sino lo ve? es entonces que recuerdo:
"... Porque si escuchaseis al Espíritu que enseña al hombre a orar, sabríais que os es menester orar; porque el espíritu malo no enseña al hombre a orar, sino le enseña que no debe orar." (2 Nefi 32: 8-9).
También recuerdo otra escritura y una advertencia para los que tiene falta de fe:
"He aquí, Moisés habló de él; sí, y he aquí, fue levantado un símbolo en el desierto, para que quien mirara a él, viviera; y muchos miraron y vivieron.
Pero fueron pocos los que comprendieron el significado de esas cosas, y esto a causa de la dureza de sus corazones. Mas hubo muchos que fueron tan obstinados que no quisieron mirar; por tanto, perecieron. Ahora bien, la razón por la que no quisieron mirar fue que no creyeron que los sanaría.
Oh hermanos míos, si fuerais sanados con tan sólo mirar para quedar sanos, ¿no miraríais inmediatamente?, o ¿preferiríais endurecer vuestros corazones en la incredulidad, y ser perezosos y no mirar, para así perecer?"
Si es así, ¡ay de vosotros! Pero si no, mirad ... " (Alma 33: 19-22).
"Oh hijo mío, no seamos perezosos por la facilidad que presenta la senda; porque así sucedió con nuestros padres; pues así les fue dispuesto, para que viviesen si miraban; así también es con nosotros. La vía está preparada, y si queremos mirar, podremos vivir para siempre" (Alma 37:46).