"y estad siempre preparados para responder con mansedumbre y reverencia a cada uno que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros".
1 Pedro 3:15

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sábado, 24 de octubre de 2009

Lo que los Antimormones no te dicen ... ¿Dónde están las planchas de oro hoy en día?



Por Jack R. Christianson









Pregunta: Si el Libro de Mormón es verdadero, ¿dónde está el manuscrito original (las planchas de oro) de las cuales fue traducido el Libro de Mormón?

La respuesta: ¿Dónde está el manuscrito original de la Santa Biblia? En nuestro conocimiento, no hay ninguno. Aún así, millones de personas continúan creyendo en la Biblia como la palabra de Dios. De hecho, para muchos cristianos hoy en día, la Biblia es lo último, infalible y para siempre. Algunas fuentes, encontradas en la Red, tienen listas de “Los libros más vendidos” que establecen el número de Biblias vendidas a la fecha entre cinco y seis billones de copias.
Cuando se contesta esta pregunta sobre las planchas de oro, sería bueno hacerse otra pregunta. ¿Dónde está el Arca del Convenio que fue usada por el antiguo Israel? Según el libro de Apocalipsis en el Nuevo Testamento, no está escondida en alguna bodega del ejército, como lo describe Steven Spielberg y George Lucas en su película Los Cazadores del Arca Perdida. Se llevó de vuelta a la presencia de Dios. En Apocalipsis 11:19 se lee: “Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en el templo. Y hubo relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo.”
¿Por qué, entonces, es difícil para la gente creerle a José Smith cuando dijo que el ángel Moroni, quien le había dado las planchas de oro, también se las llevó de regreso cuando el trabajo de traducción fue terminado? José Smith registró en su historia, “Cuando el mensajero, de conformidad con el acuerdo, llegó por ellos, se los entregué; y él los tiene a su cargo hasta el día de hoy, dos de mayo de mil ochocientos treinta y ocho” (José Smith – Historia 1:60).
¿Si se tuvieran las planchas de oro en un museo a la vista de los investigadores, haría esto una diferencia en su aceptación del Libro de Mormón como la palabra de Dios? Quizás lo haría para algunos. Sin embargo, para la mayoría, es probable que al ver las planchas no necesariamente aumentaría su creencia de la historia de la aparición del Libro de Mormón. Los museos modernos y las galerías están llenos de artefactos que dan evidencia física de acontecimientos históricos que muchos no creen, porque han sido enseñados de manera diferente. Por ejemplo, hay personas que no creen que ocurrió el Holocausto. Estas personas afirman que no es más que propaganda estadounidense. ¿Por qué? Porque a estas personas les enseñaron en su juventud que los norteamericanos estaban tratando de lavarle el cerebro al mundo, al hacerles creer que eso en realidad tuvo lugar. Pero, ¿cómo la gente no puede creer cuando ellos miran la evidencia y escuchan las historias de aquellos que lo vieron, lo vivieron y perdieron a sus familias en ello?
¿Es lo mismo con las planchas de oro y aquellos que las vieron, las sostuvieron y aún, murieron o perdieron a miembros de su familia a causa de ello? ¿Alguna vez se le habrá ocurrido al lector que todo lo que José y Hyrum Smith tenían que decir era que ellos realmente no vieron el ángel y realmente no habían planchas de oro? Esto habría salvado sus vidas de las manos de sus asesinos. Todo lo que José tenía que decir era que estaba bromeando. Que él no vio al Padre y al Hijo. Que, él no vio visiones y que el Libro de Mormón no era verdadero; todo fue un engaño. En su lugar, lo que él dijo fue, “Yo efectivamente había visto una luz, y en medio de la luz vi a dos Personajes, los cuales en realidad me hablaron; y aunque se me odiaba y perseguía por decir que había visto una visión, no obstante, era cierto; y mientras me perseguían, y me vilipendiaban, y decían falsamente toda clase de mal en contra de mí por afirmarlo, yo pensaba en mi corazón: ¿Por qué me persiguen por decir la verdad? En realidad he visto una visión, y ¿quién soy yo para oponerme a Dios?, o ¿por qué piensa el mundo hacerme negar lo que realmente he visto? Porque había visto una visión; yo lo sabía, y sabía que Dios lo sabía; y no podía negarlo, ni osaría hacerlo; por lo menos, sabía que haciéndolo, ofendería a Dios y caería bajo condenación” (José Smith – Historia 1:25).
Si las personas escogen no creerle a aquellos quienes fueron martirizados por sus testimonios (José y Hyrum Smith), eso es una cosa, pero ¿por qué es difícil creerle a otros, quienes no ganan nada al dar sus testimonios al mundo que las planchas eran reales? Por lo menos once hombres, aparte de José y Hyrum, vieron y tocaron las planchas, pero muchas personas se burlaron de su testimonio. En cualquier marco legal, ¿no sería suficiente el testimonio de once testigos para demostrar un caso? ¿Por qué no con el Libro de Mormón? El apóstol Pablo enseñó, “Por boca de dos o de tres testigos se decidirá todo asunto” (2 Corintios 13:1). Entonces, ¿por qué un creyente de la Biblia no aceptaría el testimonio de once individuos? Esto no tiene sentido.
En las primeras páginas del prefacio del Libro de Mormón, el testimonio de los Tres Testigos – Oliver Cowdery, David Whitmer, y Martin Harris – es dado con claridad. Después de su testimonio de las planchas de oro, sigue el testimonio de los Ocho Testigos - Christian Whitmer, Jacob Whitmer, Peter Whitmer, hijo, John Whitmer, Hiram Page, Joseph Smith, padre, Hyrum Smith y Samuel Smith. Sus testimonios se leen como sigue:

EL TESTIMONIO DE TRES TESTIGOS

“Conste a todas las naciones, tribus, lenguas y pueblos, a quienes llegare esta obra, que nosotros, por la gracia de Dios el Padre, y de nuestro Señor Jesucristo, hemos visto las planchas que contienen esta relación, la cual es una historia del pueblo de Nefi, y también de los lamanitas, sus hermanos, y también del pueblo de Jared, que vino de la torre de que se ha hablado. Y también sabemos que han sido traducidas por el don y el poder de Dios, porque así su voz nos lo declaró; por tanto, sabemos con certeza que la obra es verdadera. También testificamos haber visto los grabados sobre las planchas; y se nos han mostrado por el poder de Dios y no por el de ningún hombre. Y declaramos con palabras solemnes que un ángel de Dios bajó del cielo, y que trajo las planchas y las puso ante nuestros ojos, de manera que las vimos y las contemplamos, así como los grabados que contenían; y sabemos que es por la gracia de Dios el Padre, y de nuestro Señor Jesucristo, que vimos y testificamos que estas cosas son verdaderas. Y es maravilloso a nuestra vista. Sin embargo, la voz del Señor nos mandó que testificásemos de ello; por tanto, para ser obedientes a los mandatos de Dios, testificamos estas cosas. Y sabemos que si somos fieles en Cristo, nuestros vestidos quedarán limpios de la sangre de todos los hombres, y nos hallaremos sin mancha ante el tribunal de Cristo, y moraremos eternamente con Él en los cielos. Y sea la honra al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, que son un Dios. Amén.”

EL TESTIMONIO DE OCHO TESTIGOS

“Conste a todas las naciones, tribus, lenguas y pueblos, a quienes llegare esta obra, que José Smith, hijo, el traductor de ella, nos ha mostrado las planchas de que se ha hablado, las que tienen la apariencia del oro; y hemos palpado con nuestras manos cuantas hojas el referido Smith ha traducido; y también vimos los grabados que contenían, todo lo cual tiene la apariencia de una obra antigua y de hechura exquisita. Y testificamos esto con palabras solemnes, y que el citado Smith nos ha mostrado las planchas de que hemos hablado, porque las hemos visto y sopesado, y con certeza sabemos que el susodicho Smith las tiene en su poder. Y damos nuestros nombres al mundo en testimonio de lo que hemos visto. Y no mentimos, pues Dios es nuestro testigo.”
Hasta el día de su muerte, cada uno de estos testigos sostuvo con firmeza lo que ellos habían testificado que era verdad con relación al Libro de Mormón. Un factor notable que agrega validez a su testimonio, es que muchos de ellos, incluyendo a los tres de los Tres Testigos, se volvieron sin afecto para José Smith y la Iglesia. Dos de los tres, Oliver Cowdery y Martin Harris, eventualmente retornaron a la Iglesia y murieron como miembros fieles. Pero, aún David Whitmer, quien no superó sus diferencias personales con José Smith, nunca negó el testimonio que dio dentro del Libro de Mormón.
Dos años antes de su muerte en 1875 y luego de nuevo en su lecho de muerte, Martin Harris dio este testimonio: “Yo digo que el ángel me enseñó las planchas conteniendo el Libro de Mormón….Yo firmemente creo y sé que José Smith fue un profeta de Dios” (Saint’s Herald, 22:630).
Un año y medio antes de su muerte, después de reintegrarse a la iglesia, Oliver Cowdery se dirigió a una gran audiencia para hablar sobre el Libro de Mormón. Dijo, “Yo contemplé con mis ojos, y toqué con mis manos, las planchas de oro de las cuales éste fue traducido. También contemplé los intérpretes. Este libro es verdadero” (Anderson, Investigating the Book of Mormon Witnesses, página 61). Una docena de parientes de Oliver dejaron memorias de sus últimos momentos, cuando él le aseguró a su esposa, hija, y a miembros cercanos de la familia, su amor por Cristo, de la veracidad del Libro de Mormón, y de la realidad de la restauración del sacerdocio (véase Book of Mormon Reference Companion, página 790).
David Whitmer vivió hasta 1888. Fue un hombre respetable de negocios en Richmond, Missouri. Allí él fue entrevistado frecuentemente por periodistas que buscaban información sobre su testimonio publicado en el Libro de Mormón. Él publicó numerosas declaraciones reiterando su testimonio del Libro de Mormón y explicando porqué él creyó que José Smith había perdido su don de inspiración. En el último año de su vida, él corrigió relatos de enciclopedia que afirmaban que los tres testigos renunciaron a su testimonio escrito. Él declaró, “Diré una vez más a toda la humanidad, que yo nunca he, en ningún momento, negado que ese testimonio o cualquier parte de eso” (Whitmer, An Address to All believers in Christ, página 8). En las últimas horas de su vida, él siguió el modelo establecido por Oliver y Martin; él compartió su testimonio que el Libro de Mormón fue dado por Dios.
Antes de analizar los testimonios de los Ocho Testigos, sería bueno mirar un versículo sencillo en el libro de Mateo, en el Nuevo Testamento. Jesús dijo una parábola de un versículo que tiene importancia para los Santos de los Últimos Días sobre los Tres Testigos. Mateo escribió, “Otra parábola les dijo: el reino de los cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer, y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo fue leudado.” Mateo 13:33. ¿Son las tres medidas de levadura escondidas que leudan el reino de los cielos, los Tres Testigos del Libro de Mormón?
El élder Bruce R. McConkie, haciendo comentarios de esta parábola, se refirió a una declaración hecha por el profeta José Smith: “Aunque la parábola de la levadura se aplica al crecimiento de la fe y el testimonio en los corazones de los hombres de cualquier edad, también tiene una aplicación específica en el establecimiento del reino de los últimos días. ‘Se debe entender,’ el profeta José Smith explicó, ‘que la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días ha tomado su crecimiento de un poco de levadura que fue puesta en tres testigos. ¡Contemplen, cuánto se parece esto a la parábola! Rápidamente hace crecer la masa, y pronto crecerá todo” (Doctrinal New Testament Commentary, página 299; Smith, Teachings, 1977, página 100).
José Smith, padre, Hyrum Smith y Samuel Smith, todos murieron fieles en la Iglesia y nunca negaron sus testimonios del Libro de Mormón. De hecho, ambos, Hyrum y Samuel, dejaron sus vidas por sus testimonios. Miembros de la familia Whitmer, incluyendo a Hiram Page, fueron a sus tumbas proclamando la veracidad de las planchas y la naturaleza divina del Libro de Mormón – aún cuando cuatro fueron excomulgados de la Iglesia (véase Book of Mormon Reference Companion, página 791).
¿Por qué cualquiera que haya estudiado las vidas y testimonios de estos once hombres no tomaría en serio la existencia de las planchas de oro y la validez del Libro de Mormón? Quizás, por lo menos en parte, la razón puede explicarse por una historia de las escrituras del Nuevo Testamento y un versículo del Libro de Mormón.
“Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas, y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas.”
“Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno.”
“Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque soy atormentado en esta llama.”
“Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado.”
“Además de todo esto, una grande sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá.”
“Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre;”
“Porque tengo cinco hermanos; para que les testifique, a in de que no vengan ellos también a este lugar de tormento.”
“Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos.”
“El entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán.”
“Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos.”
El versículo treinta y uno muestra mucho sobe la tendencia humana. Si las personas no le creyeron a Moisés y a los otros profetas (u once testigos), ¿por qué le habrían de creer a José Smith, aún si les hubiera mostrado las planchas de oro o las hubiera puesto en exhibición en un museo? Seguramente no lo harían. Jesús enseñó en esta parábola que aún si alguien viniera de entre los muertos, sería difícil para muchos creer. (Más adelante se discutirá lo qué han dicho algunos de los profetas bíblicos sobre el Libro de Mormón y su aparición en los últimos días.)
En el Libro de Mormón se aprende un principio similar al que se enseña en Lucas 16 sobre Lázaro y el hombre rico. “Porque en aquel día hará el Padre, por mi causa, una obra que será una obra grande y maravillosa entre ellos; y habrá entre ellos quienes no lo creerán, aun cuando un hombre se lo declare.” (3 Nefi 21:9).

lunes, 19 de octubre de 2009

Lo que los Antimormones no te dicen ... El uso de una piedra de cristal en el fondo de un sombrero

Por Jack R. Christianson

La acusación: José Smith usó una misteriosa piedra de cristal en el fondo de un sombrero, no sólo para traducir el Libro de Mormón sino que también para encontrar un tesoro escondido.






La respuesta: La evidencia muestra que José Smith tenía en su posesión una piedra de cristal que él encontro mientras cavaba un pozo en compañia de su hermano Hyrum para un señor Clark Chase, cerca de Palmyra, New York. Oliver Cowdery dijo sobre su rol en a traducción del Libro de Mormón: "Escribí con mi propia pluma el Libro de Mormón completo (salvo unas pocas páginas), así como salió de los labios del profeta José Smith, mientras él traducía por el don y el poder de Dios, por medio del Urim y Tumim, o, como son llamados en ese libro, 'intérpretes sagrados" (Roberts, Comprehensive History of the Churc, 1:128-129).

"Ni José Smith ni su escriba principal, Oliver Cowdery, mencionaron una 'piedra de cristal' en el trabajo de la traducción, pero repetidamente indicaron el uso del Urim y Tumim" (Book of Mormon Reference Companion, página 712). José Smith declaró que tradujo el Libro de Mormón "por medio del Urim y Tumim ... por el don y poder de Dios" (History of the Church, 4:537).

El Urim y Tumim fue descrito por José como un "instrumento curioso ... que consistía en un juego de piedras transparentes en un aro, aseguradas a un pectoral" (History of the Curch, 4:537; véase también José Smith - Historia 1:59). La madre de José, Lucy Mack Smith, describió el instrumento así, "consistía en un juego de dos diamantes de tres esquinas suaves colocados en lentes, y los lentes colocados en aros de plata, que estaban conectados uno al otro de la misma manera que los espejuelos tradicionales" (Smith, Biographical Sketches, página 101).

En 1887 David Whitmer dijo que José Smith utilizó una piedra de cristal, así como también el Urim y Tumim mientras traducía el Libro de Mormón. Los objetores del Libro de Mormón consideran la declaración de Whitmer sobre el sombrero y la usan para que José parezca místico e involucrado en alguna prática oculta en su época. Pero, cuando se ve el contexto, la declaración de Whitmer no es mística. En su libro Address to all Believers in Christ, declaró:

"A veces cuando José intentaba traducir, miraba dentro del sombrero donde estaba puesta la piedra (para no admitir la luz), él se daba cuenta que estaba ciego espiritualmente y no podía traducir. Nos dijo que su mente pensaba demasiado en las cosas terrenales, y varias razones le impedían continuar con la traducción. Cuando estaba en esa condición, salía y oraba, cuando se humillaba bastante ante Dios, entonces podía continuar con la traducción. Ahora vemos cuán estricto es el Señor, y cómo requiere que el corazón de un hombre primero esté en lo correcto, antes que pueda recibir revelación de El" (Roberts, Comprehensive History of the Church, 1:130-31).

Por su declaración sobre el sombrero y la piedra de cristal, es claro que Whitmer se refería al delicado proceso de revelación y no se enfoca en magia o en lo oculto. Pero los detractores del Libro de Mormón no se cansan de discutir sobre la piedra de cristal y el sombrero misterioso.

Joseph Fielding McConkie y Craig J. Ostler, en su libro Revelations of the Restoration, dan seis razones porqué el relato de Whitmer sobre la piedra de cristal usada en un sombrero para traducir el Libro de Mormón, no se puede tomar en serio como evidencia concluyente del proceso de traducción. Extensamente se cita el trabajo de McConkie y Ostler, precisamente porque es lo que se ha encontrado en esta investigación. Es lo siguiente, que José Smith usó el Urim y Tumim para traducir el Libro de Mormón en lugar de la piedra de cristal que tenía en su posesión.

McConkie y Ostler escriben que el relato presentado por David Whitmer, sobre el proceso de traducción, claramente contradice los principios establecidos por el Señor en la Sección Nueve de Doctrina y Convenios. También está en desacuerdo con los testimonios de ambos, José Smith y Oliver Cowdery. McConkie y Ostler concluyen que no es una fuente confiable en este asunto. Ellos respetan y agradecen totalmente por que David Whitmer agregósu nombre como parte del testimonio de ser uno de los Tres Testigos de la veracidad del Libro de Mormón y su origen divino. Sin embargo, esto no lo hace a él un testigo competente del proceso de traducción. Igual que la explicación de David Whitmer, se debería recordar que no hay ningún registro que conste que él haya visto el Urim y Tumim alguna vez, o que haya traducido algo. Su testimonio sobre cómo fue traducido el Libro deMormón simplemente es un rumor.

Cook escribió que por un período que abarca veinte años (1869-88), algunos setenta testimonios registrados sobre la aparición del Libro de Mormón sostiene a David Whitmer como su origen. Estos relatos estaban llenos de inconsistencias. Ellos registraron repetidas veces que Whitmer había dicho, que después de la pérdida de las 116 páginas, el Señor le quitó al profeta ambas cosas, las planchas y el Urim y Tumim y que nunca las regresó. En su lugar, Whitmer afirmó, que el profeta usó para el proceso de traducción, una piedra de cristal de forma ovalada, color chocolate, un poco más grande que un huevo. Entonce, cada cosa que tenemos en el Libro de Mormón, de acuerdo a Whitmer, fue traducido al poner la piedra color chocolate en el sombrero, en el cual José habría metido su cabeza hasta cerrar el paso de la luz. Mientras hacía esto, él podía ver "un pedazo alargado de pergamino, en el cual los jeroglíficos aparecían, " y debajo de la escritura antigua, la traducción sería dada en ingles. José entonces leería esto a Oliver Cowdery, quien a su vez lo escribíria. Si él lo hacía correctamente, los caracteres y la interpretación desaparecerían y serían reemplazados por otros caracteres con su interpretación (Cook, David Whitmer Interviews, páginas 115, 157-158).

McConkie y Ostler escribieron que tal explicación es simplemente ficción creada, con el propósito de degradar a José Smith y para debilitar la validez de las revelaciones que recibió después de traducir el Libro de Mormón. Las seis razones que dieron sobre esta afirmación se lista a continuación.

"Primero, por más de cincuenta años, David Whitmer directamente rechazó a José Smith, declarándole que era un profeta caído. Sin embaro, él nunca nego su testimonio del Libro de Mormón, él rechazo virtualmente todo lo demás asociado con el ministerio de José Smith y la restauración del Evangelio. Su rechazo incluyó ambos sacerdocios, Aarónico y de Melquisedec, los cuales fueron restaurados durante el tiempo que el Libro de Mormón estaba siendo traducido y, por supuesto, las revelaciones que eventualmente constituirían el libro de Doctrina y Convenios.

"Segundo, de acuerdo al relato de David Whitmer de cómo fue traducido el Libro de Mormón, José Smith fue un instrumento de transmisión, mientras que la traducción dependía únicamente del Señor. Esto es simplemente una reflexión del concepto del dictado divino, el cual sostiene que cada palabra de escritura viene de Dios mismo. Si el relato de David Whitmer fuera aceptado, la revelación también incluye ortografía y puntuación. Este concepto está en contra con la explicación que se encuentra en Doctrina y Convenios 8 y 9, la cual detalla cómo viene la revelación. Al respecto, Richard Anderson comentó que Whitmer, 'despues de décadas de reflexión fuera de la Iglesia, concluyó que ninguna modificaciónen cualquier revelación sería posible realizarse. Esta postura tan rígida de de estas revelaciones, concuerda con su postura tan rígida del origen del libro de mormón' (By the Gift and Power of God," página 84). En contraste, Brigham Young observo, 'Si el Señor enviara un ángel a reescribir la Biblia, en muchas partes ésta sería muy diferente de cómo es ahora. Me atrevería a decir que si el Libro de Mormón ahora fuera reescrito, en muchos casos diferiría de la presente traducción' (Journak of Discourses, 9:311).
"David Whitmer muchas veces dijo que si una palabra estaba mal escrita, e traductor no podía continuar hasta que la palabra había sido corregida. Esto dificilmente permite los 3,913 cambios que han sido hechos, entre la primera edición del Libro de Mormón y la presente edición en uso.
"Tercero, si el proceso de traducción fue simplemente un asunto de leer de una piedra de cristal en un sombrero, seguramente Oliver Cowdery pudo hacerlo tan bien, si no mejor, que José Smith. Después de todo, Oliver era un maestro de escuela. ¿Entonces cómo nos explicamos de la incapacidad de traducir de Oliver? Además, referente al uso de un sombrero en la traducción, William Smith, el hermano de José, explicó que el profeta usaba el Urim y Tumim asegurados al pectoral por una varilla que sostenía el juego de piedras de cristal en los aros de un arco ante sus ojos. 'El instrumento causó una presión en los ojos de José, y él a veces recurría a cubrir sus ojos con un sombrero para evitar un poco de luz' (Smith, "Rod of Iron" páginas 1, 3 [February 1924]: 7.
"Cuarto, José Smith repetidamente testificó que volvió a tener las planchas y el Urim y Tumim. Además testificó que él tradujo de las planchas por medio del uso del Urim y Tumim."
"Quinto, David Whitmer dio relatos inconsistentes del instrumento usado para traducir. Thomas Wood Smith, en una respuesta publicada sobre una entrevista que tuvo con David Whitmer, quien e dijo que José Smith usó el Urim y Tumim en la traducción del Libro de Mormón, escribió, 'Cuando leí por primera vez el artículo del señor Traughber en el Herald del 15 de noviembre, pensé que no me percataría de su ataque, porque creí que la Iglesia consideraba mis declaraciones justas y verdaderas desde el punto de vista de otras personas, cuando tuviera ocasión de usarlas, daré esta respuesta únicamente: Que amenos que mi entrevista con David Whiter en enero de 1876 fuera un sueño, o que mi entendimiento del inglés falló completamente, creí desde aquel entonces hasta hoy, que él dijo que José tuvo y usó el Urim y Tumim en la traducción de las inscripciones en referencia. Recuerdo estar más satisfecho con esa declaración, que con lo que oí del uso de la "piedra de cristal". A menos que yo haya soñado la entrevista, o mi memoria falló en recordar la ocasión, él describió la forma y tamaño del mencionado Urim y Tumim. La propuesta más cercana a retractarme del testimonio que di ... públicamente en muchos lugares en un estrado desde enero de 1876, hasta ahora, es, a menos que haya entendido completamente mal al 'padre Whitmer' en este punto, él dijo que la traducción fue hecha por medio de la ayuda del Urim y Tumim. Si él dice que no pretendió transmitir esa impresión en mi mente, entonces digo que me lamento que lo malentendí, y sin querer lo tergiversé. Pero lo que le entendí, frecuentemente todavía lo afirmo" (como se cita en Cook, "David Whitmer Interviews," página 56)
"Finalmente, el testimonio de David Whitmer sencillamente no concuerda con el patrón divino. Si José Smith tradujo todo lo que hay ahora en el Libro de Mormón sin usar las planchas de oro, nos tendremos que preguntar porqué las planchas eran necesarias en primer lugar. No hay que olvidar que la posesión de las planchas colocó a la familia Smith en peligro considerable, causándoles muchas dificultades. Si las planchas no fueron parte del proceso de traducción, no hubiera sido el caso. También tenemos que preguntarnos porqué el Señor mandó hacer un duplicado de las planchas de Lehi a los escritores del Libro de Mormón. Esta precaución - que se compensó con la pérdida de las 116 páginas - tampoco habría tenido sentido. Además, nos preguntaríamos porqué fue necesario que Moroni instruyera a José cada año, por cuatro años, antes que se le confiaran las planchas. Nos preguntaríamos porqué fue tan importante para Moroni mostrar las planchas a los Tres Testigos, incluyendo a David Whitmer. Y ¿por qué el Señor dejó que el profeta mostrara las planchas a los Ocho Testigos? ¿Por qué todo este alboroto si el profeta realmente no tenía las planchas y si no fueron usadas en el proceso de traducción? Lo que nos está pidiendo David Whitmer que creamos, es que el Señór hizo que Moroni sellara las planchas y los recursos con los cuales serían traducidas, cientos de años antes que llegaran a la posesión de José Smith y entonces, decidió que el profeta usara una piedra de cristal encontrada mientras cavaba un pozo, así que ninguna de estas cosas serían necesarias después de todo. Nos preguntaríamos, ¿realmente es esta una explicación creíble sobre la manera que funciona el cielo?" (Revelations of the restoration, páginas 95-98).
El élder Joseph Fielding Smith, quien más tarde llegaría a ser presidente de la Iglesia, tuvo profundos sentimientos en contraste a lo que Robert y Whitmer dijeron concerniente al proceso de traducción.
El presidente Smith se apegó al relato dado por José Smith y Oliver Cowdery. Escribió:
"Aun cuando algunos escritores han dicho que el profeta José Smith usó una piedra del vidente parte del tiempo en su traducción de los anales, y la información indica el hecho de que efectivamente tuvo en su poder tal piedra, no hay ninguna declaración auténtica en la historia de la Iglesia que manifieste que se usó tal piedra en la traducción. Estos informes son simplemente rumores, y yo personalmente no creo que se usara esta piedra para tal propósito. La razón que doy para esta conclusión se halla en la declaración del Señor al hermano de Jared, la cual se lee en Éter 3:22-24."
"Siento que es importante incuir aquí estos versículos del Libro de Mormón, a fin de mantener estas eclaraciones del élder Smith en el contexto adecuado."
"Y he aquí, cuando vengas a mí, las escribirás y las sellarás a fin de que nadie pueda interpretarlas; porque las escribirás en un lenguaje que no se podrá leer."
"Y he aquí, te daré estas dos piedras, y también las sellaras junto con las cosas que escribas."
"Porque he aquí, he confundido el idioma que escribirás; por tanto, haré que en mi propio y debido tiempo estas piedras clarifiquen a los ojos de los hombres las cosas que tú escribirás."
El presidente Smith continuó, "Estas piedras, el Urim y Tumim, que se dieron al hermano de Jared se preservaron para este propósito mismo de traducir los anales, tanto de los jareditas como de los nefitas. Además, Moroni recalcó al profeta el hecho de que se daban estas piedras precisamente para tal propósito (véase José Smith - Historia 1:34-45). Dificilmente parece razonable suponer que el profeta poseyó una piedra del vidente, que bien pudo haber usado para otros propósitos" (Smith, Doctrina de Salvación, 3:212-13).
La historia entonces, de la piedra en el sombrerio es muy parecida sólo a esto - a una historia. No hay evidencia concluyente que José Smith usó ese proceso en la traducción del Libro de Mormón. Se tiene, sin embargo, evidencia que José Smith poseyó una piedra de cristal y que le dio la piedra a Oliver Cowdery. David Whitmer declaró que después de la muerte de Oliver Cowdery en 1848, Phineas Young, hermano de Brigham Young, recibió la piedra de cristal de parte de la viuda de Oliver, mientras la visitaba en Missouri. Él a su vez, a su regreso a la Ciudad del Lago Salado, dio una piedra a Brigham Young. La piedra permanece en poder de la Iglesia desde ese tiempo (véase Book of Mormon Reference Companion, página 712).
Respecto a la acusación que José Smith usó la piedra de cristal para localizar un tesoro escondido, es casi risible. José fue instruido desde el principio que "Satanas procuraría tentarme (a causa de la situación indigente de la familia de mi padre) a que obtuviera las planchas con el fin de hacerme rico. Esto él me lo prohibió, y dijo que, al obtener las planchas, no debía tener presente más objeto que el de glorificar a Dios; y que ningún otro motivo había de influir en mí sino el de edificar su reino; de lo contrario, no podría obtenerlas." (José Smith - Historia 1:46). El objetivo completo de José era glorificar a Dios y edificar su reino.
Si obtener riquezas fue el objetivo de José al poseer la piedra de cristal, entonces él fracaso terriblemente. Pasó apuros financieros la mayor parte de su vida. El Señor le dijo en julio de 1830 que "para los trabajos temporales no tendrás fuerza, porque éste no es tu llamamiento" (Doctrina y Convenios 24:9). Otra pregunta que debe hacerse es, si José usó la piedra de cristal para encontrar tesoros escondidos de plata y oro, ¿por qué el no vivió como los otros ministros de sus días? ¿por qué él no tuvó una casa propia hasta la época de Nauvoo? (La cabaña de la granja en Nauvoo fue la primera casa de José y Emma. Ellos se trasladaron a la cabaña en mayo de 1839). ¿Por qué él o su familia no prosperaron por la venta del Libro de Mormón? No hay evidencia que José ganó algún dinero de la venta del Libro de Mormón. Pero de acuerdo a varias fuentes en a Red, listan los "libros más vendidos de todos los tiempos," el Libro de Mormón ocupa el octavo lugar en el mundo con más de 120,000,000 copias vendidas a la fecha. De nuevo, José nunca recibió ninguna ganancia financiera ni lo ha recibido la Iglesia, de las ventas del Libro de Mormón.
Si su interés era el dinero, ¿por qué José tuvo que prestar cincuenta dólares a Martín Harris en 1829 para viajar a Pennsylvania (véase José Smith - Historia 1:61)? ¿Por qué Martin Harris hipotecó su granja por tres mil dólares a fin de asegurar la publicación de los primeros cinco mil ejemplares encuadernados en cuero del Libro de Mormón en 1829 (véase Book of Mormon Reference Companion, página 134)? La acusación que José Smith usó la piedra de cristal para obtener riquezas es absurda. No hay absolutamente ninguna evidencia para confirmar esta acusación.