"y estad siempre preparados para responder con mansedumbre y reverencia a cada uno que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros".
1 Pedro 3:15

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viernes, 13 de noviembre de 2009

Lo que los Antimormones no te dicen ... Nadie debe agregar a la Biblia


Por Jack R. Christianson

La acusación: El Libro de Mormón viola el decreto dado por Juan el Revelador que ningún hombre puede agregar o suprimir de la Biblia (véase Apocalipsis 22:18-19).

La respuesta: Por la Biblia entendemos la colección de escritos que tienen los registros de revelación divina. La palabra misma es de origen griego, siendo derivada de ta biblia, “los libros.” A medida que pasa el tiempo biblia, un plural neutro, fue considerada como un singular femenino, y de esa manera “los libros” llegaron a conocerse como “el libro.” Por la palabra Biblia, por consiguiente, debemos entenderla no como un solo libro, sino que como una biblioteca divina (véase LDS Bible Dictionary, página 622). Otras palabras que vienen de las mismas raíces son biblioteca y bibliografía, ambas se refieren a una recopilación de libros, no a un solo volumen.
El libro a que se refiere Apocalipsis 22:18-19 no es la Biblia, si no que es el mismo libro de Apocalipsis. La Biblia no se llegó a conocer como tal hasta en el año 325 d. C. en el concilio de Nicaea, cuando se principió un trabajo para canonizar las “escrituras.” Se cree que estuvieron completas en el 360 d.C en el concilio de Laodocia. La Septuaginta fue aceptada para el Antiguo Testamento, y el criterio para el Nuevo Testamento fue que los libros hubieran sido escritos por uno de los apóstoles de Jesús o hubieran sido escritos durante el tiempo de los apóstoles.
Algunos creen que el libro de Apocalipsis fue recopilado aproximadamente durante los años 95-96 d. C. por el apóstol Juan en la Isla de Patmos. Otros eruditos creen que la época de haberlo escrito está más cercana a los años 60-710 d. C. Cualquiera grupo está correcto, los eruditos todavía sitúan los escritos de Apocalipsis mucho antes que los concilios canonizaran el libro como escritura y lo agregaran a la Santa Biblia. Hay una creencia común, que Juan estaba escribiendo futuristicamente y por consiguiente, significa que la Biblia entera también lo estaba. Sin embargo, tal pensamiento no cuadra con varias religiones que valoran a la Biblia como escritura. Si fuera verdad, entonces mucho de la Biblia sería inválido como escritura porque Moisés, escribiendo sobre sus enseñanzas y no en la Biblia como un todo, declaró, “No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordeno” (Deuteronomio 4:2).
Con este entendimiento, se puede ver que el Libro de Mormón en realidad, apoya la idea de no agregar o suprimir algo del libro de Apocalipsis. En 1 Nefi 14, a un profeta llamado Nefi se le mostró una visión del futuro del mundo, pero se le prohibió escribir todo lo que él vio, porque a él le dieron instrucciones que ese sería el trabajo de un Juan, quien escribiría la “revelación” en el futuro. El Libro de Mormón declara:
“Y aconteció que el ángel me habló, diciendo: ¡Mira!”
“Y miré, y vi a un hombre que estaba vestido con un manto blanco.”
“Y el ángel me dijo: ¡He ahí uno de los doce apóstoles del Cordero!”
“He aquí, él verá y escribirá el resto de estas cosas; sí, y también muchas que han sucedido.”
“Y escribirá también sobre el fin del mundo.”
“Por tanto, las cosas que él escriba son justas y verdaderas; y he aquí, están escritas en el libro que tú has visto salir de la boca del judío. Y en la época en que salieron de la boca del judío, o sea, cuando el libro salió de la boca del judío, las cosas que estaban escritas eran claras y puras, y las más preciosas y fáciles para el entendimiento de todos los hombres.”
“Y he aquí, las cosas que este apóstol del Cordero escribirá son muchas de las que tú ya has visto; y he aquí, el resto tú lo verás.”
“Pero las que verás en adelante, no escribirás; porque el Señor Dios ha ordenado que las escriba el apóstol del Cordero de Dios.”
“Y ha habido también otros a quienes el Señor ha mostrado todas las cosas, y las han escrito; y han sido selladas, según la verdad que está en el Cordero, para aparecer en su pureza a la casa de Israel en el propio y debido tiempo del Señor.”
“Y yo, Nefi, oí, y testifico que el nombre del apóstol del Cordero era Juan, según la palabra del ángel.”
“Y he aquí que a mí, Nefi, se me prohíbe escribir el resto de las cosas que vi y oí; por lo que me basta con las que he escrito; y no he escrito más que una pequeña parte de lo que vi” (1 Nefi 14:18-28).

El Libro de Mormon, entonces, en lugar de agregar o suprimir de la Biblia, es un testamento que la Biblia es verdadera. Doctrina y Convenios, otro libro de escrituras Santo de los Últimos Días, enseña que uno de los propósitos principales del Libro de Mormón es testificar al mundo que la Biblia es verdadera y es la palabra de Dios, “probando al mundo que las Santas Escrituras son verdaderas, y que Dios inspira a los hombres y los llama a su santa obra en esta edad y generación, así como en las antiguas; demostrando por este medio que él es el mismo Dios ayer, hoy y para siempre. Amén” (D y C. 20:11-12).
El Libro de Mormón testifica esta misma verdad. Testifica que su propósito es uno, junto con otras escrituras Santos de los Últimos Días (Doctrina y Convenios, Perla del Gran Precio, y la traducción de José Smith de la Biblia), y las enseñanzas de apóstoles y profetas modernos, es testificar que la Biblia es verdadera y debería seguirse en la vida como un modelo para vivir. Declara:
“Y aconteció que vi al resto de la posteridad de mis hermanos, y también vi que el libro del Cordero de Dios, que había salido de la boca del judío, llegó de los gentiles al resto de la posteridad de mis hermanos.”
“Y después que hubo llegado a ellos, vi otros libros que vinieron por el poder del Cordero, de los gentiles a ellos, para convencer a los gentiles y al resto de la posteridad de mis hermanos, y también a los judíos que se encontraban esparcidos sobre toda la superficie de la tierra, de que los escritos de los profetas y de los doce apóstoles del Cordero son verdaderos” (1 Nefi 13: 38-39).
El Libro de Mormón está lleno de referencias de la veracidad de la Biblia y de ninguna manera extrae de ella o le agrega. Testica de ella. Para más enseñanzas del Libro de Mormón relacionadas con la Biblia, véase 1 Nefi 13:20-29, 40-41; 2 Nefi 29:3-14; 3 Nefi 23:1; y Mormón 7:8-9.
La Biblia también contiene pasajes de escrituras que se refieren al Libro de Mormón. Algunos lectores pueden no estar de acuerdo que estos versículos están hablando del Libro de Mormón, pero si no están refiriéndose al Libro de Mormón, entonces se están refiriendo a otras escrituras desconocidas. La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días declara que éstos se refieren al Libro de Mormón.
El gran profeta del Antiguo Testamento, Isaías previó la aparición del Libro de Mormón. Él escribió de la destrucción de la nación nefita y cómo los anales de los nefitas saldrían de la tierra, o del “polvo”. Él dijo, “Entonces serás humillada, hablarás desde la tierra, y tu habla saldrá del polvo; y será tu voz de la tierra como la de un fantasma, y tu habla susurrará desde el polvo” (Isaías 29:4). Esto es precisamente lo que ocurrió.
Los nefitas fueron aniquilados, pero sus anales fueron preservados y traídos “fuera de la tierra” por José Smith. Además, Isaías profetizó de un incidente involucrando a José Smith y Martin Harris durante la traducción del Libro de Mormón. Martin llevó algunos de los caracteres traducidos a un notable egiptólogo, profesor Charles Anthon. El profesor Anthon, luego de examinar los caracteres, “manifestó que la traducción era correcta y más exacta que cualquiera otra que hasta entonces había visto del idioma egipcio.” Martin entonces le mostró otros caracteres que aún no estaban traducidos, y dijo que eran “auténticos.” Sin embargo, cuando el profesor Anthon supo que los anales habían sido entregados a José Smith por “un ángel de Dios,” él rompió el certificado de autenticidad firmado y contestó, “No puedo leer un libro sellado.” Entonces le pidió a Martin que le llevara las planchas y él las traduciría. Martin rehusó y llevó los caracteres a un doctor Mitchell, quien certificó ambas cosas que el profesor Anthon había dicho, “respecto de los caracteres, así como de la traducción” (José Smith – Historia 1:62-65).
Isaías escribió de este incidente. Se han intercalado los nombres y el Libro de Mormón para tener claridad. Isaías dijo:
“Y os será toda visión como palabras de libro [el Libro de Mormón] sellado, el cual si dieren [Martin Harris] al que sabe leer [profesor Anthon], y le dijeren: Lee ahora esto; él dirá: No puedo, porque está sellado.[Dos terceras partes de las planchas de oro estaban selladas, y se le prohibió a José traducirlas.]“
“Y si se diere el libro [el Libro de Mormón] al que no sabe leer [José Smith], diciéndole: Lee ahora esto; él dirá: No sé leer.”
“Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado;
“por tanto, he aquí que nuevamente excitaré yo la admiración de este pueblo con un prodigio grande y espantoso [trayendo a luz el Libro de Mormón y la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días]; porque perecerá la sabiduría de sus sabios, y se desvanecerá la inteligencia de sus entendidos.
“¡Ay de los que se esconden de Jehová, encubriendo el consejo, y sus obras están en tinieblas, y dicen: ¿Quién nos ve, y quién nos conoce?
“Vuestra perversidad ciertamente será reputada como el barro del alfarero. ¿Acaso la obra dirá de su hacedor: No me hizo? ¿Dirá la vasija de aquel que la ha formado: No entendió?
“¿No se convertirá de aquí a muy poco tiempo el Líbano en campo fructífero, y el campo fértil será estimado por bosque?
“En aquel tiempo los sordos oirán las palabras del libro [el Libro de Mormón], y los ojos de los ciegos verán en medio de la oscuridad y de las tinieblas” (Isaías 29:11-18).
Isaías no es el único profeta del Antiguo Testamento que profetizó sobre la aparición del Libro de Mormón. Ezequiel previó que Dios prepararía dos anales para reunir en casa al esparcido Israel de su larga dispersión. Uno fue el palo de Judá (la Biblia), y el otro fue el palo de José (el Libro de Mormón). Él dijo que los dos anales serían unidos, “y serán uno solo en tu mano.” Respecto al uso de la palabra palo en el Antiguo Testamento, ha habido algunas especulaciones que si los palos mencionados por Ezequiel eran rollos o palos altos o tablas escritas enceradas (véase Meservy, “Ezekiel’s Sticks and the Gathering of Israel,” páginas 4-13; Nibley, An Approach to the Book of Mormón, páginas 279-81). Sin importar lo que eran en el tiempo de Ezequiel, ahora representan la Biblia y el Libro de Mormón, trabajando juntos en “una mano” para llevar la plenitud del evangelio de Cristo a las personas de la tierra. Ezequiel escribió:
“Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, toma ahora un palo, y escribe en él: Para Judá, y para los hijos de Israel sus compañeros. Toma después otro palo, y escribe en él: Para José, palo de Efraín, y para toda la casa de Israel sus compañeros.”
“Júntalos luego el uno con el otro, para que sean uno solo, y serán uno solo en tu mano.
“Y cuando te pregunten los hijos de tu pueblo, diciendo: ¿No nos enseñarás qué te propones con eso?
“diles: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo tomo el palo de José que está en la mano de Efraín, y a las tribus de Israel sus compañeros, y los pondré con el palo de Judá, y los haré un solo palo, y serán uno en mi mano.” (Ezequiel 37-15-19).
El evangelio de Juan registra a Jesús cuando dijo que tenía otras ovejas que no eran de ese redil y alrededor de Jerusalén (véase Juan 10:15-16). ¿Estaba Jesús testificando de las personas del Libro de Mormón y otras de las tribus perdidas de la Casa de Israel? El Libro de Mormón registra que precisamente a estos son a quienes Jesús se refirió (véase 3 Nefi 15:16-24). El Libro de Mormón revela que todas las personas, aquellas en el viejo mundo así como las del nuevo mundo, son valiosas para Él, y Él desea que todas sean uno. Él desea que sean “un rebaño” y tengan “un pastor.” En 3 Nefi 15:21, Jesús declaró a los habitantes de la tierra de Abundancia, después de Su resurrección en Palestina, “Y de cierto os digo que vosotros sois aquellos de quienes dije: Tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo yo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño y un pastor.”
La última escritura de la Biblia que se discutirá, referente al Libro de Mormón está en Apocalipsis 14:6-7. Se lee así: “Vi volar por medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo,
“diciendo a gran voz: Temed a Dios, dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas.”
Los miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días “identifican este ángel como Moroni, guardián de los anales de José y poseedor de ‘las llaves de los anales del palo de Efraín’ (Doctrina y Convenios 27:5). Moroni anunció la restauración y preparó a José Smith para su función de sacar adelante el gran trabajo de Dios en los últimos días” (Book of Mormon Reference Companion, página 95).
El Libro de Mormón, entonces, no está en desacuerdo del todo con la Biblia. Es una escritura acompañante que testifica que la Biblia es verdadera y que Jesús es el Cristo. No agrega al libro de Apocalipsis, ni le suprime nada. La acusación que el Libro de Mormón viola el decreto de Juan en Apocalipsis 22:18-19, simplemente no está fundamentada y no es verdadera.

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