"y estad siempre preparados para responder con mansedumbre y reverencia a cada uno que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros".
1 Pedro 3:15

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lunes, 18 de noviembre de 2013

Por sus frutos lo conoceréis: José Smith (Parte 2)


Por Admin.

Parte 1

Aun quienes previamente se sintieron prejuiciados en contra de el, muchas veces cambiaban de parecer después de conocer a José Smith. Su madre, Lucy Mack Smith, escribió acerca de un suceso así, que ocurrió en Far West Misuri, en 1838:

"José se encontraba en casa escribiendo una carta. Yo estaba de pie junto a la puerta de la habitación en la cual el se encontraba sentado, mientras dejaba que mi mirada se perdiera por la pradera, vi que una numerosa compañía de hombres armados se acercaba a la ciudad, pero supuse que se trataba de [ la milicia local] haciendo maniobras, y no dije nada a nadie.

De pronto observe que el grupo principal se detenía, los oficiales desmontaban y ocho de ellos se dirigían a casa. Pensando que deseaban algo para beber o comer, acomode algunas sillas para que se sentaran. Sin embargo, apenas entraron se colocaron en fila, de manera amenazadora, a través del cuarto, formados como una tropa de soldados. Cuando les dije que se sentaran, me respondieron: No queremos sentarnos; hemos venido a matar a Joe Smith y a todos los mormones.

Por que, les dije; ¿Que ha hecho José Smith para que ustedes quieran matarlo?

El ha matado a siete hombres en el condado de Daviess, contesto el de mas rango de ellos, y hemos venido a matarlo a el y a toda su Iglesia.

El no ha estado en el condado de Daviess, le respondí; por lo tanto, el informe debe ser falso. Además, si ustedes lo vieran, no querrían matarlo.
 
No tenemos ninguna duda de que el informe es perfectamente correcto, dijo el oficial; lo hemos recibido directamente y tengo la certeza de que es cierto; y se nos ha enviado a matar el Profeta y a todos los que crean en el, y juro que voy a cumplir mis ordenes.

Entonces, creo que va a tenerme que matar a mi junto con el resto, les respondí.

Si, así lo haremos, contesto.

Esta bien, le conteste, pero le ruego que actué como un caballero y lo haga rápidamente. Pegueme un tiro de muerte, por que de esa forma solo sera un momento y después seré sumamente feliz . . .

Otra vez lo mismo, dijo el. Siempre el mismo ruego. Si se le dice a un mormón que se le va a matar, lo único que se logra es escucharlo decir: Esta bien, no hay problema. Si me mata, seré feliz. ¡Caray! pareciera que esa es toda la satisfacción que se obtiene de ellos.

José Había seguido escribiendo hasta ese momento, pero como había terminado su carta, vino a pedirme una oblea para sellarla. Al ver que el ya había terminado, dije: Caballeros, permitanme presentarle a José Smith, el Profeta. El los miro con una sonrisa agradable y, acercándose a ellos, les estrecho la mano de una manera que los convenció de que el no era ni un delincuente culpable ni un cobarde hipócrita. Ellos permanecieron inmóviles, viéndole, como si hubieran visto un fantasma.

José se sentó y comienzo a conversar con ellos explicándoles los puntos de vista y la forma de pensar de la gente a la que llamaban mormones, que era lo que habían estado haciendo y el tratamiento que habían recibido de sus enemigos desde el principio. Les dijo que la maldad y las calumnias los habían perseguido desde que entraron en Misuri, pero que ellos eran un pueblo que, hasta donde el sabia, jamas había quebrantado las leyes, que estaban listos para ser juzgados por la ley, y si alguno de los hermanos de Daviess había hecho alguna cosa contraria a la ley, ciertamente seria justo pedirles una explicacion, antes de molestar o asesinar a otras personas que no sabían nada de esos sucesos en Gallatin [en el Condado de Daviess].

Enseguida de lo cual, el se levanto y dijo: Madre, creo que me voy a casa. Emma me debe estar esperando. De inmediato, dos de los hombres se pusieron de pie de un salto y dijeron: No es conveniente que vaya solo, nosotros iremos con usted para protegerlo. José les agradeció y partió en su compañía.

Mientras esperaban que ellos regresaran, los demás oficiales se quedaron en la puerta y escuche que hablaban lo siguiente:

Primer oficial: ¿No sentiste algo extraño cuando Smith te dio la mano? Nunca había sentido nada así en mi vida.

Segundo oficial: Yo me sentí como paralizado. Por nada del mundo podría lastimar ni un solo cabello de ese hombre.

Tercer oficial: Esta es la ultima vez que me agarran tratando de matar a Joe Smith o a los mormones.

Primer oficial: Creo que va hacer la ultima vez que venga aquí por algo así. Nunca vi antes a alguien tan inofensivo, de apariencia mas inocente que este Profeta Mormón.

Segundo oficial: Esa historia de que el mato a esos hombres es una tremenda mentira. No hay duda de ello y nosotros que nos metimos en todo esto y por nada, Es ka ultima vez que me dejo engañar así.

Los hombres que acompañaron a mi hijo a su casa prometieron disolver la milicia que estaba bajo su mando y regresar a casa. Ellos dijeron que si José los llegaba a necesitar, volverían y lo acompañarian donde fuera". [ 1] 

[ 1] History of Jose Smith by his Mother, eds. Scot Facer Proctor y Maurine Jensen Proctor, 1996, Pags. 361-363.

Parte 3

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