"y estad siempre preparados para responder con mansedumbre y reverencia a cada uno que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros".
1 Pedro 3:15

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jueves, 21 de noviembre de 2013

Lo que los Antimormones no te dicen: "Los mormones llegarán a ser Dioses"


Por Stephen Michael Purdy
"Los hombres y mujeres mormones tienen la posibilidad de llegar a ser dioses. Un famoso dicho mormón dice: ‘El hombre es como Dios una vez fue. Como Dios es ahora,el hombre puede llegar a ser’".-Matt Slick

Esta creencia no es nada nuevo, pero poco comprendido. San Atanasio, Arzobispo de Alejandría (297-373) enseñó, "La Palabra fue hecha carne para que nosotros podamos ser hechos dioses… Como el Señor, puso el cuerpo, se volvió hombre, también nosotros como hombres, somos deificados a través de su carne, y por siguiente heredamos la vida eterna." "Él se volvió hombre para que nos podamos hacer divinos".1 Esta creencia es parte de la restauración de las enseñanzas de la iglesia antigua. Santiago dijo, "Humillaos delante del Señor, y él os exaltará" (Stg. 4:10). Con la traducción de textos antiguos, vemos que algunos conceptos sobrevivieron la muerte de los apóstoles por un tiempo, pero ahora son escasos en el mundo del cristianismo. San Ireneo, Obispo de Lyón (130-200),"Si la palabra se volvió hombre, fue para que los hombres se volvieran dioses.

La Biblia utiliza la palabra "dioses" en maneras distintas. Primero, cuando habla del hombre mortal: como representante de Dios en la tierra (Éxodo 7:1, 21:6 y 22:8-9), o cuando el hombre es "como" Dios en una manera u otra. Por ejemplo cuando comió la fruta del árbol de la vida (Génesis 3:22) simplemente significa uno que sabe la ciencia del bien y del mal. Jesús dijo en Juan 10:34, "dioses sois". Él citaba Salmo 82:6 donde se encuentra "Vosotros sois dioses; Y todos vosotros hijos del Altísimo." Jesús continuó para explicar que su título "Hijo de Dios" era justificado, "si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada)". Igualmente, el uso de la palabra "dioses" como la utilizan los Santos de los Últimos Días es justificado. Las escrituras describen a nuestro Padre Celestial como"Dios de los dioses" (Deut. 10:17; Salmos 136:2), y también dicen que "Dios está en la reunión de los dioses; En medio de los dioses juzga" (Salmos 82:1). No es correcto decir que Dios está en la reunión de los "ídolos falsos" sino que Dios el Padre está a la cabeza de un concilio de seres celestiales.

Como algunos de nosotros somos padres y tenemos hijos e hijas, sabemos que el crecimiento, desarrollo, o éxito de nuestra familia no desmerece la honradez o la gloria de los padres. Al contrario, añaden a ellas porque fueron los padres quienes hicieron todo lo posible para criarles, enseñarles, y amarles. Es incorrecto insinuar que los mormones creen que podemos volver a ser exactamente igual al Padre o subir a su nivel. Él comparte todo lo que tiene con quienes le aman, pero somos sus hijos y sus creaciones. El Padre y Jesucristo eran perfectos desde el principio, mientras nosotros llegamos a la perfección por medio de la expiación y sacrificio del Salvador. Debemos a ellos todo que tenemos y siempre les daremos nuestro amor y alabanzas. Aún así, enseñamos que podemos llegar a ser como Jesucristo y nuestro Padre Celestial. "Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto" (Mat. 5: 48) . Nuestra exaltación no disminuiría la gloria de Dios en ninguna manera. Si participamos en La Vida Eterna como herederos de Dios, veneraremos y alabaremos a Dios más plenamente y perfectamente… "a Dios y al Cordero sean la gloria, la honra y el dominio para siempre jamás" (DyC 76: 119).

Un apóstol moderno enseñó, "El Padre es el solo Dios verdadero. Este asunto es cierto: nadie ascenderá arriba de Él; nadie lo reemplazará, y nada cambiará la relación que nosotros, su linaje literal, tenemos con Él. El es Elohim, el Padre. El es Dios. De Él hay solo uno. Veneramos nuestro Padre y nuestro Dios; alabamos a Él. Hay solamente un Cristo, un Redentor. Aceptamos la divinidad del Hijo Unigénito de Dios en la carne. Aceptamos que podemos volvernos coherederos con Él."2

Con este punto claro, entendemos que la exaltación es el máximo estado de felicidad y gloria dentro del reino celestial lo cual está en la presencia del Dios el Padre y Jesucristo."En tu presencia hay plenitud de gozo" (Salmos 16:11). Los fieles deben perdurar hasta el fin. "Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria" (1 Pedro 5:4). Algunas iglesias han preservado la doctrina de la theosis (la deificación) pero se disminuyó y eventualmente desapareció, especialmente en las tradiciones Occidentales. La iglesia cristiano ortodoxo (oriental) todavía preserva la creencia que el hombre no es un esclavo"sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo" (Gál. 4:7). 

Aunque ahora nosotros no entendemos completamente todas las bendiciones que recibirán los fieles a través de la expiación de Cristo, las escrituras nos enseñan sobre la exaltación. Sabemos que podemos recibir la gracia y el amor del Redentor"para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios" (Efesios 3:19). Pablo escribió sobre los hijos de Dios, "Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados" (Romanos 8: 18). En su oración, el Señor ruega, "para que todos sean uno; como tu Oh Padre, en mi, y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tu me enviaste. La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos, y tu en mi, para que sean perfectos en unidad," (Juan 17:19-23). Pedro nos enseña, "Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina," (2 Pedro 1:3-4). La primera epístola de Juan (3:2) dice "Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es." Luego, en Apocalipsis 1:6, habla del poder de la expiación del Cordero y que Jesucristo "nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre;" y que "Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono." (Apoc. 3:21). Estas escrituras describen básicamente lo que nosotros llamamos la "exaltación".

"La exaltación, o divinidad, aguarda a aquellos que alcanzan el cielo más alto. Entonces a él o ella (en realidad, por parejas) se les permitirá tener su propio planeta y ser los dioses de sus propios mundos."

La Biblia nunca puso límites en los hijos de Dios en cuanto seremos como él. Algunos líderes de la iglesia restaurada han revelado que nuestra vida después de la muerte no consistirá de tocar un arpa en cima de las nubes para la eternidad. Más probable los huestes de los cielos servirán a Dios por medio de glorificar el Padre en la creación de mundos y obras sin fin. No significa tener su "propio mundo" necesariamente, sino la oportunidad de servir un propósito útil en las eternidades de acuerdo con la voluntad de Dios. Más o menos, el concepto aceptado en la Iglesia es que los hijos e hijas de Dios se vuelven "co-creadores" con Él en las eternidades. En una manera, ya somos "co-creadores" con nuestro Padre Celestial cuando construimos una obra de arte, edificamos una casa, o tenemos hijos para criar aquí en la tierra. Y reconocemos que sin nuestro Padre Celestial nada de eso hubiera sido posible.
Realmente no hay revelación profunda ni detalles sobre estas teorías y especulaciones. Los críticos les gustan citar libros repudiados como "the Seer" y otros libros que no son canónicos de la Iglesia para hacer nuestra religión parecer como ciencia ficción. Hasta el libro llamado "Doctrina Mormona" por Bruce R. McConkie no es aceptado completamente como doctrina oficial porque algunas partes del libro describan cosas más allá de las revelaciones y escrituras de la Iglesia. Muchas veces los críticos también se les olvidan mencionar que el libro Doctrina Mormona fue escrito antes de que McConkie llegara a ser un apóstol. Pero el libro es muy bueno y hay tantas cosas buenas que no debemos despreciarlo. En cualquier caso, los líderes de la iglesia son susceptibles a sus opiniones, debilidades, imaginaciones, teorías y su humanidad. 

Referencias
1.) "the Word of God became a man so that you might learn from a man how to become a god." (Clement of Alexandria, Exhortation to the Greeks,) "The Word was made flesh in order that we might be enabled to be made gods.... Just as the Lord, putting on the body, became a man, so also we men are both deified through his flesh, and henceforth inherit everlasting life." Saint Athanasius,Against the Arians, 1.39, 3.34. "He became man that we might be made divine" (Saint Athanasius, De Inc., 54.) "If the Word became a man, it was so men may become gods." (Saint Irenaeus, Against Heresies, bk. 5, pref.)
2.) (Boyd K. Packer, "The Pattern of Our Parentage," Ensign, Nov. 1984, p. 69)

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